1 de mayo de 2016

El tinte de Tamara

Como ayer puse el despertador a las 9 de la mañana, me he levantado un poco temprano, mi idea era ir a casa de mamá, comprar lo que me hace falta y volver a casa temprano, pero ha sido la visita muy breve pues ella sigue malita de su estómago, aunque me ha dado asco lo gráfica que fue al contarme mientras yo comía.

Después he ido a comprarle medicina y pan tostado para volver temprano a casa, creo que eran casi las 12 cuando ya estaba guardando la comida en el refrigerador y como hacía bastante calor he terminado dándome un baño rápido.

Al finalizar me recosté y continué mirando la serie hasta que me he quedado dormida, justo casi a las 3 de la tarde me ha despertado el sonido del teléfono, luego de mi celular y terminando un mensaje, todos ellos del niño quien me estuvo llamando para irnos a patinar.

Pero como ayer he tenido los pies hinchados, y hasta me puse una tina con agua caliente y sal para relajarlos, he preferido hacerme la loca y poner de pretexto que estaba saliendo de casa de mamá para seguir un poco más dormida.

Quizá sea por la desvelada, pero hoy me siento muy cansada y con bastante sueño, aunque los pies ya no los tengo tan hinchados, creo que eso de tomar furosemida y poner los pies en agua caliente ha servido bastante.

Y llegue a casa de la comadre casi a las 4 de la tarde, por supuesto el niño ha puesto su cara de tristeza pero tanto su mamá como yo le hemos explicado que ya era tarde y no pasa nada por no ir un día. Ni hablar Alex, además tampoco habían llegado hace mucho.

De ahí me lo he pasado con ellas, le di a Blanca una caja de las pastillas que uso para ir al baño ya que Pepe paso muy mala noche y le dolía bastante su trasero, ni siquiera se ha sentado y hasta le pidió a su mamá las llaves para irse a dormir, cosa que alertó a todos. Pero según Blanca ya había podido ir al baño y sacó tremendas bolas, lo bueno es que no se ha desgarrado ni nada.

Antes de comer la comadre le ha pintado el cabello a Tamara, pero ha sido un poco salvaje al enjuagarle el cabello, solo veía como le movía la cabeza, según ella con delicadeza, para sacarle cualquier rastro de pintura, luego el acondicionador. Traté de ayudarle a echar el agua, pero he sentido pena por Tamara, al final me ha confirmado que si le dolió la cabeza con tanto jalón, además de que no le ha tapado del todo el tinte medio güero que traía en las puntas.

He comido con ellas tortas de jamón, me hice la tonta cuando estaban viendo que comprar, no se me olvida eso de que me hicieron pagar las palomitas sin avisar, aunque como bien dices Alex: “Unas de cal por las que van de arena”.

Vuelvo a casa con Pepe y el niño por los patines y otras pertenencias del ahijado, más que nada para que Armando pudiera irse junto con su familia. Al acompañarlos a su casa he aprovechado para también volver a casa temprano, me siento cansada.

Todo iba bien hasta que de nuevo me he encontrado una maldita cucaracha en la casa Alex, no sé de dónde ha salido, malditos animales, con el asco que me dan.

Alex, son casi las 12 de la noche y aunque estoy cansada y con sueño no logro conciliar el sueño, me haces tanta falta.

Alex… ven ya por mí… no tardes… TE SIGO AMANDO.

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