19 de mayo de 2016

El sopapo

Hoy he tenido un día bastante tranquilo, después de entregar los manuales y dejar todo listo para que Sergio imparta el curso la semana que entra puedo descansar un poco. Así que hoy en cuanto llegue lo primero que he hecho ha sido servirme una taza con café. Además me ha dado tiempo para cambiar lo que tanto molestaba al coquito, pensé que sería más tardado pero no ha sido así.

Luego he bromeado un poco con Vic y charlado con Margarita para luego perder el tiempo hasta que por la tarde me he puesto a quitarle algunos programas a la computadora pues mañana se la van a llevar, prefiero meterla a garantía ahora que ya cuando se venza.

Por la tarde, ya cuando estaba de regreso, he pasado a saludar a tu mamá y luego de comer baje y fui a la casa de la comadre, quien estaba más dormida que despierta. Curiosamente es el estado en el que más la encuentro, semi dormida.

Cuando salió del cuarto el niño me ha preguntado sobre su tarea, así que junto con Hebe nos dimos a la tarea de explicarle algunas fórmulas, básicamente eran sobre triángulos y trapecios pero llego un momento que nos desesperó a las dos, de hecho creo que ha sido una mezcla de Hebe con el ahijado lo que me hizo salir de mis casillas, uno porque no ponía atención y la otra porque trataba de explicarle de una forma desordenada.

Fue ahí cuando se me salió darle un sopapo al niño, aunque no fue fuerte solo escuche como su mamá dijo: “En la cabeza no”, fue ahí donde caí en cuenta lo que había hecho, para luego tratar de arreglarlo con un chiste, pero ya era demasiado tarde.

Han sido los 5 segundos más arrepentidos de esta semana Alex, tu sabes que no soy de hacer eso, mucho menos con personas ajenas, pero bueno. Al final me he disculpado tanto con el niño como con su mamá, pero he terminado con un mal sabor de boca además de que quede con la comadre que no se iba a repetir y si el niño no ponía atención me llevaría los patines sin decir agua va.

Por suerte ha aceptado mis disculpas y solo ha quedado en eso, en una llamada de atención más, creo que excedí los límites esta vez.

Ya en casa me he dado un buen baño, tratando de despejar todo lo que traigo en la cabeza, pero no ha servido de mucho, esa frase me ha dejado como marcada Alex, hice mal y lo reconozco. Finalmente como me dijiste hace mucho tiempo con mi sobrina: “No es tu hija”, así que debo pensar lo mismo con el niño, “NO es nuestro hijo”.

Alex, no sé qué más hacer, no puedo más, cada día estoy peor… ven ya por mi… TE AMO.

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