25 de mayo de 2016

Instalando remotamente

Aunque he tenido un día bastante tranquilo en la oficina, al final del día me he estresado bastante, sobre todo con el tema de ayudar a alguien más instalando software. Respiré profundamente y continué ayudándole, es lo que tú hubieras hecho Alex, pero te explico desde el inicio.

Hoy me he levantado muy tarde, supuestamente tenía tiempo suficiente para alistarme y salir a tiempo, pero cuando por fin pude levantarme de la cama noté que eran más de las 9 de la mañana por lo que tuve que hacer todo de volada pero con bastante cuidado de no lastimarme pues aun ando incomoda de la espalda. He de decirte continua doliéndome un poco la pierna derecha.

Y llegue poco antes de las 10 de la mañana, ya estaban casi todos en la oficina, pero hice como si me hablara la virgen, por suerte la maquina ha prendido bastante rápido y pude comenzar con algunas cosas, te diré que aún no logro concentrarme y comenzar a programar el sistema, pero debo ya hacerlo Alex, al igual que darle continuidad al sistema de calidad, pero bueno.

Como llegue tarde me he salido también tarde, no tanto como para no alcanzar a saludar a tu mamá, pero si no ha sido en mi horario acostumbrado. Afortunadamente al llegar a casa no me ha tocado mucho tráfico, de hecho pareciera que todo estaba a mi favor pues todos los semáforos han estado en verde.

Ya en casa he tenido toda la intención de salir a patinar, hace mucho que no lo hago y comienzo a sentirme bastante pesada. Y es aquí donde todo cambio Alex, poco antes de comer me ha contactado Edgar, el chico que me ayudo con algunos trámites cuando te fuiste y a quien debo reclamar por contarle cosas a tu mamá, pero bueno.

Me ha pedido ayuda para instalar algunos programas en su máquina, pero te juro Alex que ha sido una tarde sumamente estresante, con decirte que estuve a punto de mandarlo al diablo pues por más que le explicaba nada más no entendía.

Así que he usado un viejo truco, le he pedido que instalara un software en su máquina y desde la Tablet me he conectado a su equipo, no sé si me estaba choreando pero cada movimiento que hacia le parecía una maravilla.

Por ahí de las 10 de la noche hemos terminado, supuestamente con una gratificación de su parte a mí pero dudo mucho que sea de manera económica, pero bueno, tuve que hacer gala de toda mi paciencia para ayudarle. Confieso que llego un momento en el que hasta el sonido de los mensajes fue tan desesperante que estuve a punto de quitarle la pila al telefonito.

Todo ha terminado de forma tranquila, él nunca se dio cuenta cuanto me desespero aunque si de lo frustrada que estaba pues llego un punto en el cual me dijo que no me enojara, pero por más que leo los mensajes que le escribí no me pareció que lo hubiese regañado.

Al final no he ido a patinar, es una pena pues en días anteriores ha estado lloviendo.

Una noche más que me haces falta Alex, donde estás?

Alex ven ya por mí… no tardes… TE AMO.

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