13 de octubre de 2011

La iglesia

Desperté temprano, mucho antes de la hora en la que había puesto el despertador Alex, sentí bastante frío a mí alrededor pero sobre todo bastante tristeza pues no estás recostado a mi lado.

Me vestí y preparé para salir, solo que antes de hacerlo tu mamá estaba abajo y no tenia ánimos de verla, por lo que espere hasta que se fuera, justo cuando salía de la puerta principal me tope con la ratita, solo pude saludar y me fui, hice unos pagos, camine bastante, debía hacer tiempo para volver a casa. Termine todo a las 10 de la mañana, aun me sobraba mucho tiempo para regresar.

De camino a la casa fui a la iglesia que se encuentra en la colonia de enfrente, pensé en ir a la de nuestra colonia Alex pero seguramente la encontraría cerrada y por el momento esa estaba abierta. Entre.

No pude mirar las figuras de los santos sin pensar que no valía la pena ir a rezar a figuras que jamás entregaran el mensaje o nos responderán de alguna manera. Recordé las noches que rece por ti Alex, cuanto suplique por tu salud, cuanto roge por estar en tu lugar y nada de eso se cumplió.

Afortunadamente llevaba el libro que me regalo mi mamá, leí bastante y trate de concentrarme en las palabras. La gente entraba y salía constantemente, casi no les ponía atención. Cuando ese chico vestido de negro me miro fue el momento en el que levante la mirada, creo que era el sacerdote de la iglesia, antes de que se acercara y comenzara a tratar de ayudarme con la “palabra del señor” me retire del lugar.

Afortunadamente cuando llegue a casa pude entrar sin problema, la señora estaba terminando de limpiar la oficina. Me serví un poco de comida y cuando ya no pude comer más me fui a la cama y me recosté, todo el día me he sentido bastante cansada, quisiera ya no estar aquí.

La tarde ha sido fría, no tan fría como mi corazón. Te extraño tanto Alex.

Alex… ven ya por mi… ya no quiero seguir sin ti… ven por favor… aquí espero… TE AMO.

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