7 de enero de 2021

Las altas como proveedor

Hoy me he despertado temprano, doblé las cobijas y sacudí la cama, organicé las cosas que siempre están en la cama y le di un beso de buenos días a tu foto, como todos los días, abrí la ventana y sentí el aire frío chocar con mi cara, sin embargo, tenía más ganas de volver a poner las cobijas y meterme en ellas para dormir, dormir hasta que la espalda me doliera, pero no pude.

Tenía cosas pendientes por hacer, eso de cambiar software me mantuvo entretenida todo el día, de hecho, aventajé un poco mientras desayunaba frente al computador, aunque luego tuve que sacudir un poco la computadora para que no se le fuera alguna moronita del pan al teclado, pero no tuve tanto contratiempo, ha sido más el tema de la comunicación que otra cosa.

Cuando menos lo esperé escuché al camión de la basura acercándose, así que rápidamente me puse un pantalón, la mascarilla, zapatos y tomé las bolsas de la basura y fui a tirarlas, más que nada por el desperdicio Alex, entre evitar los moscos de la fruta y que las hormigas hagan su festín, y luego para sacarlas es un lío, así que mejor la tiro.

Ya en casa he continuado con los cambios, justo cuando pensé que ya había terminado, Vic me manda un mensaje para darnos de alta como proveedores con un cliente, mientras estaba juntando la documentación, Margarita me manda otra alta, así que la tarde también se me fue como agua, lo malo es que de las dos altas solo pude concluir una, ya que la otra pide documentos que no tengo y cuando se los pedí a Vic me dijo que mañana me los manda.

Por la tarde/noche, he hablado con mamá mientras me daba un buen baño, pese a todo lo que hemos hablado, la noto triste por no hablar con su hermana, aunque, racionalmente, sabe que es lo mejor pues en lugar de disfrutar sus charlas, era un pelear constante, sobre todo por las envidias de su hermana, eso de que quiera que mamá le comparta de lo poco que ella tiene no se me hace justo.

Mamá no tiene la culpa que ellos se den la vida de ricos cuando no tienen dinero, apenas tienen y lo gastan en cosas banales, como rosas para poner afuera de su casa pues una de sus vecinas le dijo: “Hay, cuando vivía su esposo esto estaba lleno de rosas”, y ya sabes Alex, prefieren taparle el ojo al macho que usar ese dinero para comer, sin mencionar sus compras en centros comerciales de mayoreo, como a los que solíamos ir, y nosotras buscando ofertas, pero bueno.

Termino el día como siempre, pensando mucho en ti Alex, en la falta que me haces.

Alex… TE AMO.

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