1 de noviembre de 2020

La risa del bebé

Hoy me he levantado tarde Alex, quizá porque no tenía pensado lavar, sin embargo, me animé a hacerlo, aunque solo ha sido una lavadora pues estuve racionando el agua desde hace días, para mi sorpresa, cuando pensé que iba a pagar caro mi osadía, puse la bomba y oh sorpresa, esta arrancó sin problemas, aunque tuve que estar sosteniendo una palanca que no hace muy bien contacto, pensé en lavar un poco más pero creo que con eso fue más que suficiente.

Sobre todo, porque estuvo haciendo bastante aire durante todo el día, así que la ropa se ha secado muy rápido, eso si Alex, estuve al pendiente para que no se volara, de hecho, ni los vecinos hicieron su acostumbrada carne asada de los domingos, seguramente por lo mismo, pero bueno.

Aproveché un poco más el día, sobre todo me lo he tomado con calma pues el ahijado se ha ido con Armando, por lo que no salimos a andar en bici, pero estuve movida todo el día Alex, entre subiendo mucho las escaleras para checar la ropa, bajar la seca y mover la húmeda y pues terminé bastante cansada.

Sin embargo, a las 6.30 de la tarde he salido para comprarte tacos, he ido al puesto que solíamos ir, hasta eso, el señor me dijo que si quería solo maciza, le he dicho que me los preparara muy ricos porque eran para ti, y pues me vine a la casa, no sin antes pasar a la tienda y comprarte una coca-cola, por supuesto he comprado para mi ofrenda y la de tu hermana.

Como todos los años te puse lo que más te gusta, tuve que mover unas velas en la ofrenda de ella, pero quedó bien, hasta le puse un poco de plástico, como lo hace ella con los panes, para que ningún gato vaya de curioso.

Y como hoy el rosario fue en casa de las Chávez, le ayudé a llevar los tamales y el atole que sobró ayer, solo que entre tantas idas y venidas me he sentido un poco incómoda pues tus sobrinos, con sus respectivas parejas, estaban en el comedor charlando, por supuesto se quedaron cayados cuando me vieron entrar a la cocina, aunque no duro mucho ese momento, por supuesto he tratado de no mirar, sin embargo me di cuenta que estaba con ellos el nieto de tu hermana.

Justo en la última entrada a la cocina, escuche la risita de ese bebe, tu hermana solo me dijo: “Es mi nieto riendo”, pero nada de presentármelo, así que me he sentido tan relegada, pero bueno, salimos de ahí y nos fuimos con las Chávez, extrañamente solo tu prima y yo estuvimos rezando con Cecilia, los demás estuvieron más atentos a su celular que otra cosa.

Me he quedado el tiempo suficiente para tomar café y comer pan, en cuanto comenzaron a irse algunas personas me vine a casa con el pretexto del frio, además de que comenzaba a estornudar por tanto perro.

Y pues Alex… así mi día… como verás me haces tanta falta… duele tanto estar así… TE AMO.

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