28 de noviembre de 2020

El vinagre

A las 8 de la mañana comenzó a sonar la alarma del celular, aunque me quedé un poco más en cama, creo tenía mucha flojera que otra cosa, sin embargo, salí de cama y a las 9 de la mañana ya estaba rumbo a casa de mamá, aunque por más que me esforcé he caído como dos veces en un bache, por suerte no eran tan grandes, pero bueno.

Como cualquier sábado, mi primera parada ha sido en el rodante, esta vez le he dado algunas vueltas para no tener las manos tan ocupadas, sobre todo por la fruta pues encontré lo necesario para mamá y para mí, de hecho, con las compras hechas ahí pude omitir ir al rodante de la casa.

La siguiente parada ha sido a comprar pollo y luego a la cremería para de ahí irme a casa de mamá, dejar las cosas, tomar la bolsa que me corresponde y venirme a la casa, digamos que hasta aquí todo iba como cualquier otro sábado.

Hasta que por la tarde me animé a salir de nuevo, esta vez con rumbo a la bodeguita para comprar un poco de frituras, mientras caminaba por los pasillos me di cuenta de que estaba en oferta el vinagre, que por cierto hemos usado mucho últimamente pues mamá me dice que con eso trapee y le ponga un poco a la lavadora, y bueno pues, era un litro por 5 pesos, así que compré algunas botellas.

Al regresar le comenté a mamá de mi hallazgo, al final me ha dicho que si mañana me doy otra vuelta le compré algunas botellas más para ella, y de hecho hasta para mí, así que me animé a salir de nuevo pero esta vez me llevé dos bolsas para comprar al menos unas 10 botellas más.

Todo iba bien hasta que la cajera comenzó con sus cosas, primero ha sido con el señor que estaba frente de mí, se negó a darle poquito más del 10% de cambio en su compra con vales, al final dijo que, si pero que a ella se lo iban a cobrar, y cuando fue mi turno se puso bien sangrona, ya sabes cómo me comporto cuando son payasos conmigo, justo cuando me dijo: “No te puedo vender más que dos botellas más”.

Hasta el señor, que antes te mencioné, se puso de mi lado, simplemente le dije que entonces llamara al Gerente pues no había ningún letrero que me negara la compra de más mercancía, según ella que el sistema no se lo iba a dejar, así que de nuevo le dije: “Mire pase las botellas y veamos si el sistema lo rechaza”, y que crees que paso?, Nada, el sistema simplemente marcó las botellas y arrojó la cuenta total.

Así que termino el día con una mesa llena de botellas de vinagre para mamá y para mí, una espalda un poco adolorida, pero sobre todo deseando que estuvieras a mi lado.

Alex, me haces muchísima falta… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario