16 de octubre de 2020

Yendo a las flores

Hoy me he levantado temprano, antes que nada he prendido la computadora para aprovechar el tiempo y resolver algunos pendientes del trabajo antes de desayunar, y me ha servido Alex pues Vic ha mandado un mensaje para preguntar si alguien se había dado de alta en una plataforma, por supuesto le he dicho que no ya que no llevo las cuentas por pagar o cobrar, es tema que siempre ha manejado él, así que se me ha hecho extraño recibir un mensaje para cambiar la contraseña en dicha plataforma.

Por supuesto le reenvié ese correo y minutos después recibí otro con la notificación de cambio en el correo, ahora será el de Vic que se utilizará para llevar el control, se me hizo extraño pues no recuerdo haber hecho esa alta, quizá cuando mandé la documentación me pusieron como contacto, sin embargo, siempre uso el de Vic o Margarita, respectivamente, pero bueno.

Cuando tuve un tiempo libre, he recogido un poco la casa, mientras lo hacia llegue a la conclusión de cambiar los días de limpieza por domingo, martes y jueves, ya que los viernes llega a la 1 de la tarde y no quiero andar con prisas, como cuando lo llevaba a sus clases de regularización, uno de esos días terminé en el piso por las prisas.

Durante sus clases he puesto un poco de atención, no mucho porque tuve que hacer otras cosas, cuando tuvo un tiempo libre le he dado de comer, aproveché para comer cuando ha ido a su casa para ayudarle a su mamá con las cubetas, según me dijo.

He tenido un poco de estrés en su última clase, ya que Cecilia me llamó para preguntarme si íbamos hoy a comprar las flores y mañana a llevarlas, pues estuvo viendo que a finales de mes no iban a dejar pasar gente, y quizá la siguiente semana iba a haber mucha por la restricción, cosa que dudo, pero bueno, accedí y quedamos de vernos a las 6.30 de la tarde para irnos a Jamaica.

Por suerte Ángel nos ha podido acompañar, así que no ha estado nada tensa la ida, extrañamente en Jamaica mucha gente me ha saludado, lo que extrañó un poco a tu hermana pero bueno, aproveché para comprar algunos adornos de plástico, por si llueve estos días y no se vea horrible, hasta me animé a comprar unas pequeñas catrinas de Frida Kahlo, una será para ponerte a ti, otra para la casa y la tercera se la llevaré a mamá.

De regreso me dijo que metiera al coquito en la arena, lo extraño ha sido que, según ella, me iba a dar una copia del candado de la puerta, que al final fue prestarme su copia para que yo sacara la mía y le devolviera a ella la suya, vaya al final no entendí si me la iba a dar o la tenía que sacar yo.

Una vez que se fueron y subí las escaleras, miré hacia abajo y, al ver al coquito ahí, sentí un hueco terrible en el estómago, por supuesto no pude evitar derramar algunas lágrimas, te imaginé entrando por la puerta, subiendo las escaleras atrás de mí y un sinfín de cosas.

He tenido que tragar las lágrimas cuando hablaba con mamá, mismas lágrimas que se mezclaron con el agua de la regadera mientras me bañaba, dolió mucho Alex.

Alex… TE AMO.

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