10 de octubre de 2020

Comprando un libro

Hoy si que me sorprendí al despertarme segundos antes de que sonara la alarma del despertador, así que pude emprender camino, digamos temprano, aunque de camino a casa de mamá sentí que alguien me estaba siguiendo, por suerte cuando llegue al rodante se marcharon, quizá haya sido porque saludé a unos chicos que estaban poniendo su puesto de forma familiar, quien sabe, pero bueno, hice las compras ahí aunque di varias vueltas por las bolsas pesadas, y aunque tenía en mente comprar huevo se me olvidó en el último momento, me percaté de eso justo cuando llegue a la pollería.

Así que, de nuevo a caminar, pensé que en el local donde venden puros huevos podía comprarlo, pero nada, que me lo encuentro cerrado, terminé comprándolo en el mercado, aunque aproveché para llevarme un poco de sal en grano que uso para lavar, eso y algunas otras cosas más, afortunadamente Hugo preparó mi pedido mientras estaba en el mercado.

En la cremería he comprado lo de siempre, una barra de pan para mamá, salchichas y chuletas para mí, nada fuera de lo normal, y de ahí a casa de mamá, quien ya me esperaba afuera pues iba bastante cargada, dejé las cosas, bebí mi jugo y me vine a casa, aunque me topé con un poco de tráfico, sin embargo, en cuanto llegue le marque al ahijado pues quedé con el en llevarlo a comprar sus libros.

Aunque pensé que sería fácil, no lo fue Alex, las dichosas papelerías, afuera de su escuela, estaban cerradas, luego no contestaban a los teléfonos que tenían publicados y las que si estaban abiertas no tenían los libros en cuestión, al final hemos ido hasta Centenario por su libro de inglés, pero el GPS nos ha llevado por una ruta tan larga que terminamos saliendo por la San Felipe, justamente por el local de impresoras al que fui antes, y pues aproveché para ver el tema de la impresora que Omar me dijo, al final recomendaron unos cartuchos rellenables y bueno, ya será cosa de Omar que les llame para que vayan a la oficina.

La llegada a Centenario no fue tan complicada como pensé, solo que son bastantes subidas y calles estrechas, pero pudimos comprar al menos 1 libro de los 2 que le pidieron al ahijado, ya será en la semana que vayamos por el otro.

Todo el ajetreo y estrés hicieron presencia más tarde pues me he quedado dormida en el sofá mientras veía una serie, al despertar hablé con mamá y fui por un pambazo, que se me antojó, aunque de regreso vi que varias mujeres acompañaban a tu prima a su casa, sinceramente no me detuve a ver quienes eran, solo seguí de frente, seguramente habrá sido tu hermana, pero bueno.

El pambazo estuvo rico, pero me faltó una Coca-Cola bien fría para acompañarlo, hace mucho que no bebo una, pero trato de no hacerlo Alex, al menos quitar eso de mi alimentación creo está bien.

Una noche que me has hecho tanta falta.

Alex… ven por mi… TE AMO.

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