21 de marzo de 2020

Las guayabas

Hoy me he despertado justo cuando el reloj del celular comenzó a sonar, esta vez no me he tomado los acostumbrados 5 minutos más, preferí salir de la cama, vestirme e irme a la estación del metrobús con la finalidad de no encontrarme mucha gente en el camino, y lo logré Alex, poco a poco la gente se queda en sus casas, aunque hoy me he topado mucha gente, sobre todo comprando comida, pero bueno.

En cuanto llegue a casa de mamá comencé a ayudarle a subir agua, después de desayunar nos fuimos a tirar su basura y hacer las compras de siempre, pero hoy fue un poco más que otros días, de plano hemos comprado fruta suficiente para mamá, sobre todo plátanos que tanto le gustan, además hemos aprovechado a comprar pollo, para que ella no tenga que salir en la semana, se que es algo un poco restrictivo para ella, pero le he pedido encarecidamente que no salga de su casa, y bueno hoy la he sacado de casa con un cubrebocas.

Que por cierto estuvo recriminándomelo varias veces con los tenderos, le dije que es la única manera que puede salir o la trataré como a Rapulzel, realmente no me preocupa adquirir la enfermedad, es más contagiarla a ella o que se contagie de alguna otra forma, eso si que me aterra y se lo he tratado de explicar, sobre todo porque ambas pertenecemos al grupo vulnerable, ella por edad y yo por el asma.

Después de dejarla en su casa he vuelto sin tanto problema, de hecho pude irme en el pesero sin nadie a mi alrededor, por suerte el chofer me dejo subir a la parte de adelante y nadie más lo hizo, asi que tuve suerte ya que atrás si que iban apretados, en el metrobús fue algo parecido, solo comenzó a medio llenarse ya cuando estaba a punto de bajar, y bueno llegue y me fui al rodante para comprar un poco de fruta, esta vez bastantes naranjas, toronjas, frambuesas y guayabas.

Lo chistoso ha sido con las guayabas, pues estuve pidiendo que me las pesaran para pagarlas, por supuesto escogí las más bonitas que encontré, pero le dije a 3 personas que me pesaran la bolsa, todos me dieron por mi lado y pues, que meto las guayabas en mi bolsa y me di media vuelta, he de decirte que estuve nerviosa la media calle que camine esperando a que me alcanzaran para pagarlas, pero no lo hicieron, llegue a casa sin problemas, hasta pasé a comprar nieve pues estaré encerrada en casa lo más que pueda.

Por la tarde, antes de acomodar la comida en el refrigerador, me he dado a la tarea de limpiar la parte de debajo del mismo, pensé encontrar un ecosistema dentro, pero no Alex, solo saqué un frasco con pepinillos de hace mil años que guardamos, los iba a dejar dentro de no ser porque la tapa estaba ya un poco rota.

Y bueno, termino el día pensando tanto en ti Alex… cuanta falta me haces… TE AMO.

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