3 de octubre de 2019

Nadando

Mi día ha comenzado de forma muy normal, de hecho no me ha costado trabajo salir de la cama, solo lo hice en cuanto sonó la alarma del despertador, doble la colcha y medio acomodé la cama para luego tomar mi ropa y darme un buen baño con agua tibia, de alguna manera me sirve que no salga tan caliente para no prolongar el tiempo bajo la regadera, aunque hoy si extrañé esos momentos en donde me quedaba bajo el agua ahogando mis lágrimas, hace mucho que prefiero ya no llorar.

En la oficina todo ha estado normal, cada quien estuvo metido en su computadora, y si le sumamos el hecho de que usamos audífonos pues casi no se escuchó ruido en la oficina, creo que solo llegue a escuchar un poco la música que Omar tenía, aunque también el ya se aísla un poco cuando está en el torno o en una de sus máquinas.

He salido de la oficina justo a las 5 de la tarde, caminé hacia la parada del camión y esperé un poco a que pasara, mi idea es esperar o subirme en el primer pesero que pase, siempre y cuando tenga lugar para sentarme, de lo contrario espero al camión, aunque hoy no esperé tanto pues pasó a los 2 minutos que llegue, al bajarme caminé por las calles y luego por la avenida, extrañamente hoy me he sentido un poco nostálgica Alex, quizá sea porque ha sido uno de esos días que tanto te gustaban, soleados pero con un poco de brisa fresca, justo como para recostarse en una hamaca.

Sabes, a veces los pequeños detalles son los que alegran el día, aunque no sean para uno en especial Alex, y bueno de eso me di cuenta hoy cuando al salir de la alberca y quedarme un poco más de lo acostumbrado para saludar a Ingrid, me dice que mañana es su cumpleaños, por supuesto que la he abrazado, más que nada porque sentí en ella una enorme tristeza, pese a que siempre la veo acompañada, el peso de haber tenido una hija a los 16 años le ha costado más de lo que ella pensaba, así que, de nuevo, me doy cuenta que una decisión siempre trae consecuencias.

Mientras caminaba a casa pensaba en poner una alarma, en el celular, que me avisara del cumpleaños y mandarle un pequeño mensaje con la esperanza de alegrarle un poco el día, y quizá hasta la semana, no sé, pero son ese tipo de detalles que me hacen pensar tanto en ti Alex, siempre tenías un detalle lindo para mí, como el de la salsa cátsup en mis sándwiches.

Así que verás, termino el día cansada por nadar, reflexionando un poco sobre las decisiones que he tomado últimamente, pero sobre todo extrañándote terriblemente.

Alex… ya vienes por mí?... TE AMO.

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