22 de octubre de 2019

Los gogles azules

Hoy si no me ha costado tanto salir de la cama, en cuanto comenzó a sonar la alarma del despertador me di 2 oportunidades más para quedarme en cama, aunque a la 3era me levanté, doble mis cobijas y me metí a bañar, hasta me animé a preparar unos ricos huevos con pimiento y cebolla, afortunadamente tenia tortillas, así que puedo decir que desayuné bastante bien, solo me faltó quizá un jugo de naranja, pero bueno.

Durante la jornada laboral Vic nos sorprendió pues nos dijo que se iba a ir temprano pues iba a cubrir un servicio, así que ya te imaginaras lo relajado que estuvo la tarde, entre que charle con Margarita, le entregue sus 4 tarjetas y hasta le platique la odisea que pasé pues solo me querían vender 1, se nos fue la tarde, cuando menos lo espere ya eran casi las 5 de la tarde, así que aproveché para llegar temprano a la casa, dejar todo listo, limpio y acomodado para luego recostarme un rato en el sofá y esperar la hora de irme a la alberca.

Ha sido justo cuando esperaba para entrar que una señora se nos acercó y le pidió a la policía que le permitiera la entrada pues iba por su suegra y necesitaba cuidados ya que es muy friolenta, en ese momento me ofrecí a ir por ella, hasta el maestro me sonrió por mi acción, y bueno, la ayudé a salir de la alberca, le puse su bata de baño y la acompañe a la salida, donde ya la esperaba su nuera.

En ese lapso me he encontrado unos gogles azules, bastante monos, que he guardado en la mochila y los usaré como repuesto por si le pasa algo a los que actualmente uso. Pero noté que ahora el maestro me mira diferente por el hecho de ayudarle a esa señora a salir, espero con eso sumar puntos y no tener problema al momento de reinscribirme.

Y, aunque todo estuvo bastante entretenido en la alberca, hubo algo que no fue del todo placentero pues nado con nosotros una maestra, que por cierto nos ha dejado a todos con la boca abierta, aunque nos ha traído en joda ya que ella es muy veloz, o nosotros muy lentos, quien sabe, al finalizar la clase le pedimos algunos consejos para nadar y pues, resulta que ella entrenaba para competir, así que ya te imaginaras el nivel que se carga, y ahora ayuda al maestro que anda en silla de ruedas con sus alumnos.

Cuando nos estábamos cambiando Cris nos dice que no estuvo bien que esa maestra se metiera con nosotros ya que ninguno ha podido nadar como de costumbre y además que ella es mucho más veloz que cualquiera de nosotros, tanto Joan como yo entendimos su enojo y hasta coincidimos con ella, pero el ver que una mujer le ganaba al tipo que siempre anda de “yo todo puedo” fue agradable.

Termino el día extrañándote mucho Alex… TE AMO.

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