23 de agosto de 2019

Olvidando las llaves

Qué día he tenido hoy Alex, todo iba bien, digamos que el día comenzó como cualquier otro, llegue a la oficina sin problemas, me tomé mi café y estuve al pendiente de algunas cosas, sobre todo el correo de Sergio que, en estos momentos sigue en Colombia, situación que me hace pensar mucho en ti Alex, pero bueno.

Fuera de eso no hice gran cosa, aunque sigo peleándome un poco con mi maquina que de vez en ves se pone de lenta, situación que quizá se arreglaría con una formateada, pero no quiero perder tanto el tiempo, así que por ahora me aguanto, la que a veces me dice de su máquina es Margarita, no entiendo porque no puede acceder a la página de estafeta, le he pedido que actualice su sistema operativo, espero que con eso quede.

A la hora de la salida Vic me da un aventón al metrobus, aunque no fue en la estación de la vez pasada, pero me dejó cerca, digamos que hasta aquí iba bien todo, ha sido justo al bajar de la estación que me di cuenta que había olvidado mis llaves en la oficina, como se aflojaron un poco las puse en un tipo prensa que Omar tiene cerca de su lugar, y se me olvidaron ahí Alex, de la forma más tonta pues antes de irme le di una manzana a Omar y pase a la bodega para guardar mi computadora, así que estuvieron a menos de 2 metros.

En cuanto bajé le marque a la ratita para ver si me las podía prestar, pero me dijo que estaba cerca de Texcoco, y pues descartada esa opción, luego le marque al ahijado para saber si tenia la copia, solo que no las encontraron, terminé llamándole a Margarita y explicarle la situación, por un segundo pensé que iría a sus clases, pero para mi mala suerte hoy no.

Me dijo que iba casi de salida, le pedí de favor si nos podíamos ver en el metro, me dijo que si pero que solo podía esperarme hasta las 6.05 pm pues tenía una cita, así que corrí lo más que pude al metro, de ahí el transbordo me mató, pero corrí y corrí hasta que la encontré esperándome en el pasillo, agradecí el gesto y volví sobre mis pasos para ir a casa.

Apenas tuve tiempo para dejar mis cosas, cambiarme e irme a la alberca, por supuesto llegue un poco tarde, de lo que usualmente suelo llegar, pero entré sin problemas y use el tiempo para relajarme un poco, aunque realmente no nadé del todo, y solo veía al maestro que me miraba, cuando lo hacía procuraba nadar un poco rápido, pero apenas dejaba de hacerlo me recostaba en el agua para relajarme, y funcionó Alex, después de tanto estrés.

Termino el día pensando mucho en ti, me haces muchísima falta.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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