24 de agosto de 2019

La acupunturista

He decidido que los sábados pasaré más tiempo con mamá, y hoy es el segundo sábado que lo cumplo, así que traté de llegar temprano, pese a que quería quedarme en cama mucho más tiempo, pero me levanté, acomodé algunas cosas y me preparé para irme a su casa, aunque me dolía un poco el estómago y ando un poco molesta, dudo mucho que vuelva a comprar papas fritas con la gordita donde solíamos ir, te acuerdas?, pero me indigestaron, seguramente por la grasa, ve tu a saber, pero esta vez no me gustaron para nada.

Bueno pues, llegué a casa de mamá temprano, desayuné hígado encebollado y juntamos la basura pues la idea era pasar a tirarla, y así hicimos, mientras nos dirigíamos a la casa de la acupunturista que está atendiendo a mamá. Aunque le dio santo y seña para llegar, caminamos un poco más, pero llegamos Alex, en el lugar estaba una chica que me atendió pues la otra persona no iba a estar presente por X motivo, la verdad no puse atención, y bueno, me recosté en un camastro mientras explicaba todas mis dolencias.

Esta vez creo que solo ha atendido un poco el problema que tengo en los tendones de Aquiles y el dolor de cabeza, pues me puso apenas unas 5 agujas que luego guardó en un frasco de cristal que ya llevábamos, además de eso me hizo un leve masaje y puso ventosas, hasta aquí digamos que estuvo bien Alex, solo que no menciono el hecho de que no me moviera, y como traigo dolor en la rodilla izquierda y me estaba ya molestando mucho la moví.

No lo hubiera hecho Alex, inmediatamente sentí un tirón en el tendón, vaya que me dolió, no dije nada porque ya había entrado otra persona y la estaba atendiendo, un chico que llevaba una motociclista y estaba hablando de accidentes y cosas así. Por suerte mamá estuvo charlando con el otro hijo de la acupunturista, el que me dice es quiropráctico.

Todo el tiempo que estuve ahí estaba esperando a que entrara y me diera la “Sanjuaneada”, que es más que nada una alineación de todos mis huesitos, pero no entro, ni hablar. Una vez que terminó nos fuimos mientras íbamos comentando como me había tratado, y bueno mamá no estaba a gusto, al final me dijo que hablara con su doctora, ahora a ver que me dice el sábado siguiente.

Bueno pues, después de eso fuimos al rodante, compramos un poco de fruta y volvimos a casa de mamá, para entonces ya estaba haciendo bastante sol. Comimos juntas las gorditas que compramos y charlamos por un buen tiempo, hasta que le mencioné si tenia una lima para los pies, por lo que tuvimos que volver al rodante, donde las encontramos, aunque casi para terminar el rodante, ni hablar.

Por la noche le he mandado un mensaje al ahijado para mañana, el me respondió que si lo llevaba en coche como habíamos quedado, me quede fría pues no le había prometido nada, y le respondí de manera irónica, y aunque no entendió la ironía me respondió de todas maneras, al final quedamos en irnos en metrobus, pero créeme que me hizo pasar un mal momento, de verdad me enojó mucho el hecho de que quiera manipularme como, seguramente, hace con su mamá, pero esta vez se topó con pared Alex.

Confieso que quise llamarle la atención, pero me repito lo que alguna vez me dijiste: “No es mi hijo”, y bueno, ya mañana veré si le digo algo o no.

Un día en el que me has hecho tanta falta Alex… ven ya por mi… duele estar así… TE AMO.

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