9 de julio de 2019

Las piedras de afuera

Extrañamente hoy me he levantado temprano, mi plan fue bañarme y luego ir al centro comercial y comprar algunas uvas, terminé comprando más de lo que pensaba Alex, entre uvas verdes, uvas rojas, mangos, tangerinas y hasta una sandía un poco pequeña, terminé con la bolsa llena y cargada.

Por supuesto, llegando a la oficina, y aprovechando que estaba sola en la parte de arriba, le marqué a mamá para decirle que no me comprara fruta el jueves, pues ya tenía demasiada, de ahí estuve resolviendo algunos pendientes en la oficina, más que nada problemas con el correo no deseado cuando Margarita me dijo que de nuevo se estaban escuchando mal las líneas del teléfono.

Así que me pasé gran parte de la mañana y parte de la tarde a reportar el problema, solo que, para no variar, he tenido que hacer algunas llamadas más pues, entre se que cortaba la llamada, no era la línea adecuada y demás, pues terminé reportando el problema con un chico que tenía el acento norteño, por suerte entendió el problema y me ha levantado un reporte, hasta me llego a decir que iba a hacer lo posible porque un técnico viniera hoy, pero lo dudo mucho Alex.

Y fue lo que te dije, dieron las 5 de la tarde y nadie vino, por lo que me he ido a casa, en cuanto llegue dejé las cosas, me cambié y fui al gimnasio, hoy me ha tocado hacer toda la parte superior, y como en mis mejores tiempos, terminé toda mojada, por suerte me había llevado una playera para cambiarme.

Lo curioso ha sido que, mientras me preparaba para irme, escuche como movían las piedras de afuera, al asomarme vi una camioneta, según de la delegación, que se estaba llevando los botes, aunque de los vecinos de enfrente no, según me dijeron que iban a pasar por ellos, lo que si es que los Bonies, cual verduleros, inmediatamente señalaron las llantas que tu hermana tiene afuera, pero por más que quisieron llevárselas no pudieron porque son muy pesadas, ni siquiera las piedras que tiene Cachito se las llevaron.

En fin, fui al gimnasio y volví antes de que me lloviera, una vez en casa regué las plantas, charlé con mamá y mientras preparaba todo para mañana, afortunadamente hoy la ensalada no estuvo tan mal como ayer, que el pepino estaba muy amargo.

Termino el día deseando tanto que estuvieras conmigo Alex… me haces tanta falta.

Alex… TE AMO.

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