5 de marzo de 2019

Un cielo negro

Te cuento que he pasado gran parte del día tratando de sincronizar las canciones de mi celular hacia la computadora, por más que intente no lo he conseguido Alex, creo que la única solución será volver a crear las listas de reproducción y adicionar la música, aunque me da bastante pereza pues la última vez me tarde bastante.

Y ni usando la última versión del software que usé la vez pasada, de plano no he podido Alex, lo que me ha frustrado mucho, y lo peor no fue eso, si no que al revisar el cambio de Afore me percate que han colocado mis aportaciones en un rubro que no debería de ser, no entendí bien a que se referían eso de “Con beneficio fiscal”.

Comienzo a pensar que tendré que hacer declaración anual, sinceramente no encuentro una buena solución y menos cuando le pregunté al asesor que pasaría si las retiro, ahora resulta que el gobierno se queda con el 20%, puedes creerlo?

Aunque estuve bastante tiempo tratando de buscar una solución, no di con ella, y no es que quiera sacar las aportaciones, es que no se me hace justo lo que pretenden hacer y mucho menos cuando yo no seleccioné ese rubro. Algo tengo que hacer Alex, no puedo ni debo dejar que el gobierno me quite el 20% así porque sí.

Al finalizar la jornada laboral, Vic de nuevo me da aventón al metrobus, me pregunta eso de mis aportaciones y coincide conmigo, es algo que a mí no me beneficia, ya que no gano lo suficiente como para que sea necesario hacer la declaración, lo que al final me deja un poco más frustrada que antes.

Justo llegando a casa pedí que me llevaran 2 garrafones de agua, he corrido con suerte pues el señor que me la llevo tuvo la amabilidad de subirlos y dejarlos en la entrada de los cuartos, en cuanto se fue pude meterlos sin problema, generalmente espero a que se vacíen 2 para pedirlos, pero esta vez, por X o Y tuve que hacerlo después, es decir, el garrafón que tengo estaba poco menos de la mitad, pensé que me iba a quedar sin agua, pero no fue así.

Justo a tiempo me subieron los garrafones, ya que tenía que irme a la alberca, donde pasé un buen momento, solo que, mientras caminaba hacia el deportivo, le marque a mamá pues el cielo estaba sumamente negro hacia donde ella vive, más que nada para alertarla y que no se ponga nerviosa como suele hacerlo desde que se inundó.

Al salir, pensé que iba a estar lloviendo, para mi sorpresa no fue así, pero en casa de mamá si llovió, aunque no por mucho tiempo pero si fue una tormenta, mamá tuvo la suerte de que su vecina bajara para que no se sintiera sola, me alegro que sus vecinas sean así con ella.

Termino el día extrañándote mucho Alex… vienes ya por mí?... TE AMO.

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