3 de octubre de 2018

Invitando la comida

Hoy de plano he pasado el día con mamá, sobre todo porque la he llevado a una cita médica y a hacer algunas compras que necesitaba, para lo cual nos quedamos de ver donde siempre y de ahí tomamos el transporte público para ir a la primera parada, la clínica donde le dan su medicina, afortunadamente llegamos temprano y no paso mucho tiempo para que fuera atendida por su médico, un señor bastante agradable pero un poco sangrón ya que terminó por darnos un medicamento que no queríamos, pero bueno.

La siguiente parada fue hacia la iglesia donde compraría un rico aceite con aroma a rosas y que según esta bendito, para lo cual caminamos hacia la parada del autobús y, por hacer una escala en una venta de garaje, tuvimos que esperar bastante, aunque no fuimos las únicas a las que se les fue el camión, ahí esperamos casi 1 hora, creo que si nos hubiéramos ido a pie no hubiera sido tanto, pero vi a mamá un poco cansada, y justo cuando llegamos a la iglesia nos salen con que no tenían en existencia, ni hablar.

Caminamos hacia el mercado, donde fue la siguiente parada, y compramos el aceite del árbol de té, que alguna vez le recomendé a mamá, afortunadamente dimos con unas 3 botellas y de ahí a la siguiente parada, la tienda donde mamá compra algunas cosas para repostería y dulces, al terminar nos fuimos al banco y ya de regreso la invité a comer, a uno de los tantos restaurantes de comida china, donde supuse pediría algo acorde, pero termino pidiendo un caldo de pollo, con pollo deshebrado, y una pechuga.

Por mi parte quise verme nice y pedí un pollo a la naranja y unos rabioles, que terminé llevándome a casa, ambos platillos se veían ricos, pero al momento de comerlos fue todo lo contrario, para finalizar las compras pasamos a la panadería cara y de ahí al metro, para terminar con el pesero que llevaría a mamá a su casa y a mí me acercaría al metrobus.

Afortunadamente mamá pudo irse sentada adelante bastante cómoda, justo al llegar a mi parada me despedí de ella y me fui a casa, ya en la casa, cuando pasé a saludar a Cachito, me dice que ayer asaltaron al ahijado, por supuesto me he preocupado y pase a ver que había pasado, pero no lo encontré ni a él ni a su mamá, creo que fueron al mercado, aunque ya de noche me enteré mas o menos lo que pasó, como sabrás la comadre anda entre enojada y preocupada.

Por fortuna solo fue un susto y un audífono menos, aunque el susto no se le quitará al niño en un buen tiempo, ni hablar, cada vez que salimos a eso nos arriesgamos.

Un día más Alex… que me haces falta, no solo a mi… a la gran mayoría.

Alex… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario