28 de julio de 2018

Un par de chicos hambrientos

He comenzado el día un poco atareada, pero como no llevaba el pay pude irme un poco ligera a casa de mamá, aunque de nuevo la bolsa se ha roto, ni hablar, creo que tendré que comprar una nueva y esa de plano desecharla, aunque es una lastima pues los colores están lindos, ni hablar.

A mamá la he visto en el centro comercial, según ella tenia apenas 5 minutos de llegar, pero conociéndola tenía muchos más, quizá hasta 20 minutos, en fin, de ahí fuimos a la tienda donde pudo comprar algunas cosas, entre ellas latería y algunas cosas que vio en oferta por la televisión.

Ya en su casa, y después de desayunar, hemos ido al rodante para comprar un poco de fruta, y como siempre nos pasa, al final terminamos comprando cosas que no teníamos pensado, ha sido al salir cuando nos percatamos de un par de niños pidiendo dinero, uno de ellos tocando un instrumento musical y con vestimenta un poco colorida, iba acompañado de su pequeño hermano, pero eso no ha sido lo que nos llamó la atención, más bien que ya los habíamos visto cuando llevamos la bolsa a coser, ahí, tanto mamá como yo, los vimos hacer lo mismo, mientras uno tocaba el instrumento musical y medio bailaba, el otro pedía dinero.

Esta vez los observamos un poco y nos dimos cuenta que ambos niños miraban más la comida que a las personas, ahí fue donde mamá me dijo que les invitáramos unos tacos, al principio pensé en un taco a cada uno, mamá me dijo que mejor dos, así se los pedimos al taquero y hasta pedimos un refresco para los dos, terminamos pagando unos 60 pesos en total, dinero que más o menos habíamos ahorrado con las compras en el supermercado.

Y como siempre pasa, la gente se nos quedó mirando, pero ninguno se ofreció a pagarles un taco más u otro refresco, ni hablar Alex, al menos hicimos una obra buena, y como mamá dice: “quizá es la única comida del día que vayan a tener”.

He vuelto a casa pensando en esos niños, en lo que daría por estar así contigo, no importa que no tuviéramos donde vivir, ni comida, ni nada a nuestro alrededor, pero juntos.

Por la tarde he ido con el ahijado a la tienda, charlamos un poco, me dice que esta yendo con sus primas (Tere y Fernanda) a un deportivo, se inscribieron a un curso de verano, de esos que paga el gobierno, y se la pasa muy bien, hasta tuvo competencias en patines y todo. Pero sabes Alex, por un lado, me alegro de que esté madurando poco a poco y ser testigo de eso, pero por otro lado me hizo pensar en la época que fuimos maestros de niños, te acuerdas?

Tuve que morderme la lengua varias veces para no llorar, y me mantuve fuerte mientras lo escuchaba, solo limpié rápidamente una lágrima que se ha escapado mientras le contaba nuestras anécdotas, lo que hicimos, lo que disfrutamos.

Horas más tarde he salido de nuevo con él, ahora para cortar unas granadas del árbol que se encuentra afuera de la casa de Blanca, aunque estuvimos poco tiempo nos divertimos bastante, hasta le invitamos algunas granadas a su vecina, solo que se nos rompieron casi todas.

Termino el día pensativa, triste y deseando que estemos juntos.

Alex… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario