13 de mayo de 2018

Los vecinos borrachos y una esposa heroína

Sonó la alarma del despertador a las 7.30 am, realmente no tenía ganas de levantarme, pero el solo pensar en las dos bolsas de basura hicieron que saliera de la cama y me preparara para irme, al salir me topé con el vecino Eduardo y el loco, quienes me vieron un poco sorprendidos, quizá porque iba usando licras o porque ser domingo en la mañana.

Por supuesto que lo primero en hacer fue deshacerme de la basura, afortunadamente pude hacerlo en el contenedor de las empresas que están de paso, de ahí me fui a calzada de Guadalupe y me fui sin rumbo fijo, de hecho no pensaba en nada, solo pedaleaba y dejaba que el aire rozara mi cara, fue hasta pasar la Diana, y eso porque vi un accidente, que caí en cuenta en donde estaba, así que al llegar al museo de Antropología di media vuelta y regrese, aunque me desvié un poco cuando llegue a la desviación hacia la condesa, y me fui por ahí.

Justamente ahí me encontré con Pepe, uno de los tantos rollers que he conocido, pero solo fue un saludo breve y continué con el camino de forma solitaria, aunque justo cuando casi llego a División del Norte preferí volver a casa, además ya estaba el sol comenzando a ser más fuerte, extrañamente el recorrido de regreso fue más rápido de lo imaginado.

Y ya en la Basílica, aproveché para llevarle a Margarita la botella con agua bendita que me pidió hace tiempo, aunque tuve que conseguir una botella desechable, que, por supuesto nunca le diré su origen, de ahí compré un litro de alcohol, donde solíamos comprarlo Alex, aunque se me hizo un poco caro, quizá la próxima vez compre un litro con los Vallejo y rehusar la botella.

Ya en casa, me di un buen baño y lavé la ropa, para medio ver algunas películas chafas en Netflix, por suerte el Ing. Harper me llamo y fui a su casa, aunque me dio un poco de pena hacerlo salir de su casa, pero tenía hambre y no había nada para comer en su casa, terminamos yendo al centro comercial y comprar una hamburguesa, que estaba buena pero no disfruté mucho, como que eso de comer comida chatarra ya no es lo mío.

He vuelto a casa un poco temprano, terminé de lavar y mientras esperaba charle con un nuevo “amigo”, de nombre Antonio, espero no llevarme otro fiasco, ya veremos, por lo menos me ha acompañado mientras no podía dormir, no por falta de sueño, ha sido porque los vecinos se pusieron a tomar y ya te imaginas el escándalo que tenían, al final creo que una de sus esposas ha salido y los ha metido todos a sus casa, hurra por esa esposa.

Un día más que me hiciste falta Alex… ven ya por mi… no puedo más… TE AMO.

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