3 de enero de 2018

Vendiendo tus tenis

Últimamente ha estado haciendo mucho frío en la ciudad, por lo que me despierto muy mormada durante la madrugada e instintivamente comienzo a limpiarme la nariz, así que, al despertar, como hoy, me doy cuenta de que me he limpiado la nariz hasta sangrar, así que debo tener más cuidado y tratar de dormir semi sentada o si continuo así lo mejor será ir al doctor.

Durante la mañana, ya en la oficina, me llego un mensaje de mercado libre donde me decía que alguien estaba interesado en los tenis que publique, aquellos tenis que compramos en Polanco y costó trabajo animarte a que te los compraras, recuerdas?

Pues bueno, ese par de tenis los he ofrecido para que alguien más los use, pensando en que es absurdo que los conserve pues solo están ahí, como un lindo pisa papeles, en este caso un recuerdo guardado en una caja llenándose de polvo abajo del mueble del cuarto.

Durante casi una hora estuve mandándole mensajes a la persona que preguntó por los tenis, no sé bien quien sea, pero se ha interesado en ellos, me ha pedido que lo vea en una tienda X pero en Parque vía, realmente ni idea donde queda, así que estuvimos mandándonos mensajes y al final hemos quedado en una estación del metro, más que nada porque me ha dicho que es una persona mayor y con discapacidad, situación que bien sabes me hace tomar otro tipo de acciones.

Así que deberé ir a la estación Aquiles Serdán, y comentándolo con Margarita, creo que lo mejor será que vaya desde casa y no dar una vuelta en vano si lo hago desde el trabajo, creo que es un poco más directo, así que me he puesto de acuerdo con el comprador de entregarle los tenis mañana a las 10 de la mañana, espero no tardarme mucho y poder cerrar este pendiente.

Ya en casa todo ha estado normal, he ido al gimnasio y hecho mi rutina para volver antes de las 8 de la noche, con eso de que la alergia comienza a ser ya molesta y el aire frío, prefiero llegar antes que, de costumbre, al hacerlo he charlado con mamá me ha contado algunas cosas de su hermana, de como le encanta presumirme con ella y sobre todo compararme con sus hijos.

Ni que fuera la hija prodigio que toda madre quisiera, ojalá se dieran cuenta de lo triste y sola que me siento cada día desde tu partida.

Alex… ven por mi… no tardes… TE AMO.

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