4 de enero de 2018

Entregando tus tenis

Hoy me he despertado con una sensación extraña, por suerte ayer preparé la caja con tus tenis así que solo les di una última checada y, después de recoger mis cosas, me puse en camino, caminé hasta el metro y de ahí me he ido hasta la estación Tezozómoc, solo que el señor terminó pidiéndome que fuera a la estación Aquiles Serdán y que ya me estaba esperando ahí, ni hablar Alex, pensé que ya estaba tan cerca como para desistir.

Así que le mande un mensaje avisándole que llegaba en unos 10 minutos, en lo que tardaba en hacer el transbordo. Sinceramente no se ni como di con la salida correcta, pero al subir las escaleras me encontré con una persona de la tercera edad que me recibió de una manera muy cálida, me hizo sentir bien y pareciera que nos conocíamos de años.

Para mitigar el “daño” que me hizo al ir a la otra estación me ha regalado una bolsa con uvas, me ha dicho que las compro pensando en mi y que al inicio pensaba que los tenis eran vendidos por un hombre, se le hizo extraño ver que era una mujer, pero bueno.

Le pedí que revisara los tenis, pero no quiso, creo que, al igual que yo, llevaba un poco de prisa, así que nos despedimos con un abrazo y fue ahí donde me ha dado un beso en la mejilla, un gesto extraño viviendo de una persona que jamás en la vida había visto, pero recibí de buena manera.

De ahí me he ido al trabajo, estando ahí me di cuenta de que el señor aún no había confirmado la entrega, por lo que quizá tenga que esperar unos 30 días, según la pagina de mercado libre, así que le mandé un mensaje pidiéndole de favor que lo hiciera.

No esperé mucho para recibir su respuesta y afortunadamente hemos cerrado el trato sin ningún problema, solo espero unos días para poder hacer la transferencia y listo Alex, daré por finalizado ese pendiente.

El resto de la tarde ha transcurrido de forma normal, volver a casa, ir al gimnasio y regresar para lavar los platos sucios y charlar un poco con mi mamá, lo único que no me ha gustado de todo ha sido que ahora resulta que mamá tiene alergias, como las tenemos su hermana y yo, cuando ella nunca ha padecido de eso, odio las veces que trata de parecerse a mí, a veces siento que trata de igualar su vida a la mía o vivir a través de la mía, no sé.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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