20 de enero de 2018

La chamarra roja

Hoy me he despertado e ido a casa de mamá, antes de salir me he escondido el dinero y asegurado que llevaba su tarjeta, mientras caminaba hacia el metrobus confirme el firme deseo de devolver la chamarra que me regalo en ingeniero, sobre todo por lo grande que me queda y en parte porque el forro ya está viejo y se hace bolas además de que no me siento a gusto llevándola puesta, pero bueno.

Debido a que tengo fruta y mamá también decidimos no ir al rodante, cosa que descartamos pues terminamos yendo después de comprar sus galletas, ahí compramos mandarinas y los plátanos para mamá, aproveche también para comprar un cepillo nuevo pues el que tengo ya esta todo roto y comienza a lastimar, por suerte encontré uno muy mono de color rosa, estoy segura de que te habría gustado, sobre todo porque tiene el color muy vivo.

Volví a casa temprano, organice un poco las cosas y he ido a casa del ingeniero, le comenté acerca de lo grande que me quedaba la chamarra y accedió a cambiármela por otra con la cual me sintiera cómoda, de ahí nos fuimos a comer sushi, que resultó estar por la zona donde solíamos comprar “las fresas con coma diabético” recuerdas?, caminamos por el parque, escuché sus historias y nos regresamos a su casa para ver una película.

Todo tranquilo Alex, hemos visto una película de vampiros y luego charlado, creo que se siente solitario como yo, y en cierta manera me agrada estar con él, a veces me imagino como habría sido la vida si ese señor fuese mi padre, habría estado orgulloso de mi?, creo que sí.

Aunque durante la charla me ha dicho que fue insensato de tu parte no haberte cuidado, sobre todo siendo una persona con estudios y preparada, me enojé en su momento pero no le he dicho nada, solo que lo he pensado durante el trayecto de vuelta a casa, lo que me hace estar en uno de los tantos niveles del duelo: “el enojo”, así que después de 82 meses comienzo a pensar en eso y me molesta, no tanto pero duele el pensar que sabias lo que podía pasarte y no te cuidaste, me duele tu ausencia muchísimo Alex.

Como tuve problemas al pedir el taxi me regrese a casa en metro, se bien que a esas horas no debería arriesgarme tanto, pero me ha servido para pensar.

Alex… cuando vendrás por mí?.... TE AMO.

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