30 de abril de 2017

Los tacos de canasta

Hoy nos hemos levantado temprano mamá y yo, ayer quedamos de ir hoy con tu hermana para llevar flores y acomodar un poco el lugar donde ahora reposa tu mamá junto contigo y Don Manuel, durante el trayecto hemos charlado solo mamá y yo, aunque ha sido muy poco, créeme que ambas pensamos que sería el momento ideal para que Cecilia saliera con ese temido: “Tenemos que hablar”, pero no fue así Alex, ella permaneció en silencio todo el camino de ida.

Lo que, si me dijo que solo por hoy iba a dejarme colocar flores en el florero de la cabecera, ya que estaba ahí su mamá y ella ya iba a ponerle flores, a lo que respondí que estaba bien, que, si quería de una vez, ella amablemente dijo que solo hoy, así que coloque las flores y me aleje cuando el Güero llego con la libreta, extrañamente mamá se quedó a su lado mientras yo tiraba la basura.

Como no pasamos con los demás salimos rápidamente de ahí, y la charla de regreso giro en torno a lo que el güero está cobrando por el pasto y la grabada de la lápida, un abuso sinceramente pero bueno, tu hermana ha dicho que como tu mamá lo trabajo ella lo va a pagar, aunque no de la forma que el güero quiera, se lo dará poco a poco.

La dejamos en su casa y de ahí llevé a mamá a la suya, mi idea era hacerlo rápido para irme a lavar la ropa, pero como fuimos al mercado de los pescados terminé yéndome a casa mucho después de lo planeado, al llegar me he puesto a lavar la ropa, vaya que tenía ropa sucia, tuve que poner 2 lavadoras y tender una cobija liviana y mi toalla en los tendederos, creo que debo comprar nuevas toallas Alex, las que suelo usar ya están más traqueteadas que nada.

Al 10 para las 8 me he ido a casa de tu mamá, por suerte no ha pasado mucho tiempo y el Pato con su mamá me hicieron compañía, creo que es obvio para los demás la situación en la que me encuentro, pero trato de no fijarme en sus miradas, que pase lo que tenga que pasar Alex, afortunadamente no estoy sola, tengo a mi madre a un lado y un par de manos que me ayudan a trabajar, además del respaldo de Vic, David, Belén y mucha más gente que si me quiere.

Hoy han dado tacos de canasta, solo pude comer dos pues se me hicieron muy grasos, curiosamente ha sido Beatriz, la sobrina de Alfredo y otros familiares de él quienes me ofrecieron un poco más, pero los rechace Alex, sigo sintiendo aun el estómago un poco extraño por el sándwich.

Así que, al terminar de recoger las sillas, he podido irme a casa, sintiéndome sola, un poco rechazada y extrañándote muchísimo.

Alex… ven ya por mi… no tardes mucho… TE AMO.

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