24 de enero de 2017

La memoria rota

Hoy nos hemos levantado temprano, llegamos mucho antes de la cita al hospital, aprovechamos para desayunar algo, esta vez me he animado por un tamal, total, no es siempre, como bien dice Margarita. Pero he tenido mala suerte Alex, el tamal y el atole no estaban ricos como en otras ocasiones, de hecho, hasta mamá ha tirado medio vaso de arroz con leche, según me dijo le faltaba azúcar y sabe mucho mejor el que ella prepara.

Por suerte la llamaron a tiempo para entrar a su estudio, aunque al salir noté que no se sentía del todo bien, su mirada me buscaba por todas partes de una forma desesperada y en cuanto la agarre se apoyó en mi para caminar, salimos de ahí y esperamos muy poco a que el señor Martín pasara por nosotros, ahí mamá se recostó un poco y descanso mientras me llevaban al curso.

He llegado justo a tiempo, hoy comenzaron la clase unos 20 minutos tarde, así que no perdí el hilo de lo que estamos viendo, lo curioso es que los demás comienzan a verme como alguien erudito pues contesto las preguntas de la instructora sin pestañear, pero son cosas básicas Alex, al menos para una persona que ya ha trabajado con la herramienta.

Durante el día he reforzado un poco los conocimientos que adquirí de manera empírica, aún recuerdo la forma en la que Guadalupe hizo que aprendiera esa herramienta, la ayuda que Camilo me brindo en su momento, tantas cosas vinieron a mi mente Alex.

A la hora de la comida he sacado la hojaldra con mole que compre saliendo del hospital, me ha gustado, pero no me lleno del todo, tuve que echar mano del pan que ponen por la mañana, aunque no debo comerlo, pero me supo a gloria.

Además de ponerle atención a lo que decía, he estado atendiendo los mensajes que me llegaron de Margarita o Vic, sobre todo por el tema que tenemos pendiente, el alta con un cliente y el cual debemos completar para que nos paguen el anticipo de un pedido, así que ya te imaginas.

Al final del día no he tenido del todo suerte Alex pues en la memoria que guarde información, terminó rota por mi descuido, he tratado de arreglarla en casa, pero nada, pensé que sería fácil pues solo se desoldó, pero solo logre que se prendiera el foquito del mismo, pero leer la información nada más no pude Alex.

Momentos como estos me siento tan sola Alex, seguramente tu habrías encontrado la forma de hacerla funcionar, pero yo soy tan torpe en muchas cosas. He ido al gimnasio, pero ni así pude sacarme de la cabeza el descuido de la memoria, así que, al parecer, creo he perdido los archivos que he almacenado.

Alex… me haces tanta falta… ven ya por mi… TE AMO.

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