28 de diciembre de 2016

La venta del libro

Hoy me he despertado de nuevo con sensación de molestia en la nariz, no tanto como en días pasados, pero ha sido un poco molesto, por fortuna no he terminado con el papel lleno de sangre, solo un poco de fluido transparente y nada más.

En la oficina todo ha estado tranquilo, sobre todo porque algunos están de vacaciones, como Margarita, y otros se encuentran en proyecto, así que solo hemos estado Vic, Don Jorge y yo en la oficina, lo que hace que todo este sumamente tranquilo, además Vic no ha estado saliendo mucho de su oficina, lo que permite que pueda estar tonteando un poco en internet.

A la 1 de la tarde he salido de la oficina para ir a ver a una chica que ha comprado un libro que publique hace tiempo en mercado libre, no sé si te acuerdes Alex, aquel que me llegaste a comprar en una publicación mucho mejor a la que tenía, así que bueno, he ido para finalizar el trato.

Nos hemos quedado de ver en la estación Santa Anita, más que nada para que fuese un lugar intermedio para las dos, he llegado unos 10 minutos antes y también ella, lo que agilizo el intercambio, solo que cuando iba de regreso la sensación de pérdida me ha inundado Alex, sé muy bien que hice lo correcto pues ese libro lo tenía duplicado, pero es una muestra más de que nuestro mundo se me viene abajo pedazo a pedazo.

Sinceramente espero que la chica disfrute su lectura, además de que me da a pensar que debo seguir publicando cosas en mercado libre, cosas tanto tuyas como mías, más que nada de las que no usaste Alex, solo compramos y almacenamos, tantas cosas que puedo comenzar a vender, finalmente son solo cosas Alex, tú no estás en ellas.

En casa todo ha estado normal, he pasado a saludar a tu mamá para luego irme al gimnasio donde me he topado con muy poca gente, alguna de ella es la que asiste de manera regular, aunque faltan algunas personas, por suerte he llegado temprano y he podido cumplir con mi rutina ya que han cerrado temprano, Mauricio ha amenazado con cerrar a las 9 de la noche, por lo que algunas personas solo han hecho cario en lugar de su ruina acostumbrada.

Ya en casa, me he seguido sintiendo extraña Alex, no sé si sea por la venta del libro o no, pero su ausencia me pesa mucho más que otros días.

Alex… ven ya por mi… no tardes… te lo suplico… TE AMO.

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