18 de octubre de 2016

Las gomitas para la ofrenda

Vaya que me ha costado trabajo levantarme de la cama hoy, eran más de las 8:30 cuando apenas estaba abriendo los ojos, ni hablar Alex, preferí llegar un poco más tarde que causar algún tipo de accidente, así que me he bañado con toda la calma, preparé el desayuno y me fui a la oficina.

Cuando llegue ya estaba Silver, Sergio y Vic en la oficina, poco a poco comenzaron a llegar los demás, ha sido Margarita quien llego mucho después pues hizo una parada antes en el banco, curiosamente me ha mandado un mensaje para pedir que fuese una de sus referencias pues ha cambiado de cuenta bancaria porque así le conviene más, lo que me hace pensar que quizá deba hacer lo mismo, ir al banco y corroborar ese tipo de cuenta bancaria.

Y el día ha transcurrido tranquilo, sobre todo porque Vic ha ido con un cliente, así que se escuchaban risas en varias partes del taller, sobre todo en el club de toby, al que ya no he ido por el comentario que me hizo la semana pasada Pedro, aunque es algo que no quiero darle tantas vueltas como es mi costumbre.

Antes de llegar a la casa he pasado a la calle de las dulcerías para comprar el encargo de Cecilia, por suerte he encontrado las dos bolsas en el mismo lugar, solo que la dependienta me hizo dar algunas vueltas en la tienda pues ni ella recordaba donde se encontraban.

Ya en casa me topé con la comadre, le pregunté cómo iba con el dolor de sus manos, al parecer eso ya quedó un poco solucionado, pero ahora la molestia es en la espalda, todo porque no deja que el ahijado cargue su propia mochila, según porque le dijo que le dolían las piernas y también la espalda, aunque sinceramente creo que se está haciendo ya muy mañoso Alex, en fin, como bien me dirías: “Es tu ahijado, no tu hijo”.

Mientras me preparaba para ir al gimnasio he hablado con mamá, me ha contado todo lo que ha comprado para la siguiente semana, todo muy rico y fresco, a veces creo que me toma el pelo cuando dice que se le olvidan las cosas pues hoy hasta me recordó lo que alguna vez le pedí, las naranjas dulces, pero bueno.

La jornada en el gimnasio estuvo muy pesada, creo que poco a poco se están viendo los resultados, ahora ha sido Mauricio quien me dijo que vamos por buen camino para tener un cuerpo con muy poca grasa, cuerpo fitness según él. Ya para el final me di cuenta que el sobrino de Alfredo, junto con su hija, estaban en la recepción, pagando la mensualidad de la chica, de alguna manera me sentí un poco incómoda pues hasta el día de hoy consideré el gimnasio como solo mío, y ahora me toparé con la familia de Alfredo. Espero que con el paso de los días se aburra y ya no vaya.

Yo con mi estúpida idea de hacer las cosas sin que la familia se entere, y ahora con esto los Díaz sabrán exactamente lo que hago y de nuevo a soportar burlas o comentarios por parte de ellos, bueno yo y mi negatividad.

Tantas cosas Alex, ojalá estuviéramos ya juntos… ven por mi… TE AMO.

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