15 de agosto de 2016

65 Meses

Como siempre hoy se me ha hecho pesado el día Alex, por más que hice en no recordar esos momentos ellos venían a mi inesperadamente, desde que me levanté quise perderme del mundo entre las cobijas y reportarme enferma, pero preferí salir de la cama, vestirme y prepararme para ir a la oficina.

Cuando llegue ya estaba Vic y poco a poco los demás comenzaron a llegar, así que preferí enfrascarme y terminar el procedimiento de alturas para que Omar lo revise y en breve agendar una reunión con él para que nos dé un breve curso, finalmente son pocas las personas capacitadas en ese tema y es él uno de ellos.

Por la tarde he comido más a fuerzas mi sándwich y la fruta, he tenido muy poco apetito y creo que Margarita se dio cuenta, al final del día hasta le he dado a Don Jorge la fruta que no pude comer y así evitar llevármela de nuevo a casa.

Al ir de regreso a casa comencé a llorar, por suerte la gente a mi alrededor no se dio cuenta y hasta tropecé con algunos agujeros en el asfalto, aquellos que, por lo regular, no suelo caer y siempre los esquivo, pero hoy no pude Alex.

Pasé a saludar a tu mamá, ha sido un saludo rápido y me vine a la casa sintiéndome completamente sola. NI siquiera he tenido ganas de comer algo más antes de irme al gimnasio. De hecho ni siquiera le puse atención a mamá cuando me contó de los problemas con su hermana, al parecer son tan fuertes que hasta llego a pensar en irse a vivir a Tampico, pero estoy segura que no lo va a hacer Alex, se la viven de apariencias, pero bueno.

Estaba tan cansada que me quedé dormida unos momentos en la cama, he despertado por ahí de las 7 con 10 minutos, a esta hora generalmente ya me encuentro en el gimnasio pero hoy no pude, me vestí rápidamente pero tuve que dar varias vueltas por la casa, no sé si por estar distraída o por la poca atención que le prestaba a mis movimientos.

Por suerte hoy ha venido la ratita, así que un pendiente menos Alex. Justo estaba por salir cuando recordé que necesito llevar una pequeña toalla para secar el sudor que dejo en los aparatos, revolví mis cajones y nada, fui al baño y tampoco, al final tome valor y abrí uno de tus cajones, el de calcetas, tampoco encontré lo que buscaba hasta que abrí otro, hasta debajo de tus camisas encontré una pequeña toalla de color azul, mi primera reacción ha sido buscar tu aroma, tuve que oler varias veces pero pude encontrarla Alex, estuve a punto de no salir de casa pues he comencé a llorar.

Finalmente he ido Alex, fui a hacer un poco de ejercicio con la esperanza de minimizar un poco el dolor que sentí por sacar esa toalla y sobre todo por el maldito día. Me ha ayudado un poco, pero a esta hora de nuevo me siento sola, te extraño tanto.

Alex… son ya 65 meses… duele mucho tu ausencia… quisiera ya estar contigo… TE AMO.

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