11 de marzo de 2016

Muy enojada en la oficina

De nuevo me he levantado temprano, aunque antes de irme al centro he ido por la leche para mamá, a veces me da tanta flojera hacerlo pero es lo menos que puedo hacer por ella, así que he tomado el bote y me dirigí al lugar con la esperanza de quizá comprar un poco más de lo pactado ya que las visitas del niño me obligan a tener que darle leche, pero bueno.

El trayecto ha sido un poco más rápido que el día de ayer, pero he aprovechado para llevar al coquito a revisión, por suerte no he tardado mucho, así que en menos de 1 hora y a estaba dejándolo en la casa para tomar el trolebús e irme al centro.

Por suerte ya estaban terminadas los blocks y pude irme al trabajo, pero el camino que tomé de regreso no ha sido del todo adecuado pues me cansé demasiado, creo que caminé muchísimo más que lo planeado, en fin, ese no fue lo peor del día ya que mientras estaba en el centro recibí un mensaje de Margarita preguntándome si podía usar la mesa que tenía adicional, en un principio le dije que sí, pero al llegar a la oficina noté que habían movido los muebles.

Eso me enojó bastante ya que limitaron mi espacio, y ya sabes cómo me pongo cuando eso pasa, así que en cuanto llegaron notaron mi mal humor, pero esta vez traté de suavizar mi tono, aunque creo que no funcionó del todo pues llegó un momento que tanto Margarita como Sergio se pusieron bastante serios y por más de mi insistencia en regresar todo a su posición original no lo hicieron.

Aunque ya después hablando con Sergio coincidió en que no tomaron en cuenta mis necesidades, pero hasta ahí quedó el argumento, al final no pude hacer que me devolvieran todo mi espacio para trabajar, ni hablar.

Y traté de usar el lugar que le quedo a Margarita pero me sentí apretada, así que prefiero quedarme en mi espacio, aunque reducido me gusta, pero no descarto la posibilidad de irme a la otra parte del taller, ahí a la zona que suelo llamar “el club de toby”.

Pero sabes Alex, lo que realmente me molesta no es que hayan movido los muebles si no que lo hicieron sin consultarme, aún sigo siendo parte de este equipo, quieran o no. Comienzo a pensar que, quizá, sea tiempo de irme también de la empresa.

Vuelvo a casa tarde, aun así vamos a las flores, por suerte nos ha atendido Javier, aunque todo el trayecto tanto de ida como vuelta no dejo de pensar en lo sucedido en la oficina, odio tantos cambios.

Ya en casa recibo de nuevo la visita del ahijado, espero no sea contraproducente y termine desquitando mi enojo con él. Veremos qué pasa.

Alex… me haces tanta falta… ven ya por mi… TE AMO.

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