10 de marzo de 2016

Las tarjetas y gafete de Sergio

Como hoy tuve que ir al centro he aprovechado para levantarme un poco más tarde, aunque no mucho pues a las 9 de la mañana ya estaba saliendo de la casa y esperando el trolebús, aunque si se tardó bastante en llegar, pero he aprovechado para escuchar música mientras esperaba en la parada.

El trayecto también fue lento, pero como no llevaba prisa me lo he tomado con calma, aproveché para ver cómo estaba de lleno el local que debo visitar. Hasta eso me parece que ir a estas horas podrá ser beneficioso ya que no vi mucha gente, así que quizá deba llevarlo lo antes posible para evitarme problemas.

Y ya en el centro me dispuse a caminar, hasta eso no es tan pesado pero las cuadras que camino se me hacen cortas, y cuando menos lo esperaba ya me encontraba en la cuadra que solíamos ir para buscar comprobantes, pero trato de no pensar en eso Alex. Cada vez que voy siempre es lo mismo, te imagino a mi lado, aunque casi siempre me refugio en la música del telefonito, lo que hace que camine como en una burbuja, sin prestarle atención a mi entorno.

Ya en el local comencé a ver lo de las tarjetas y gafete de Sergio, aunque tuve que ir a un cibercafé para modificar el machote que servirá para las cotizaciones que Enrique llegue a hacer, aunque por poco pierdo la información, malditos lugares llenos de virus y según con antivirus instalado que te hacen perder el tiempo, pero bueno.

Al final he podido dejar el machote y me regresé a la oficina con las tarjetas y el gafete, aunque sentí un poco de desilusión al dárselos a Sergio pues solo me dijo un simple “gracias”, en fin. Gajes del oficio, que no Alex?

Y he vuelto temprano a casa, he pasado a saludar a tu mamá pero no me he quedado mucho tiempo con ella, sigo pensando que en cualquier momento me dirá que tu misa se llevará acabo como antes, en su casa y esperando a gente que solo va por la comida, pero bueno.

Durante la noche me he quedado con ganas de ir a patinar, aunque comienzo a sentir que me he estancado bastante, ya casi no hago ningún avance y hasta los maestros de la pista me dicen lo mismo, caray, sinceramente ya no se ni que hacer.

Mamá continua contándome los problemas de la familia, que al final no me importan, pero bueno, a veces trato de prestarle atención aunque otras veces solo la dejo hablando y me limito a decir “Uhmmm”, “Ok”, “aja”, etc.

Así que verás Alex… te sigo extrañando de este lado.

Alex… ven ya por mi… no tardes… no puedo más… TE AMO.

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