20 de marzo de 2016

Jugando a los encantados en patines

Un domingo como cualquiera, nos hemos despertado a tiempo, nos vestimos y salimos de casa cargados, entre que llevaba yo la leche y el niño la basura con las flores, hemos llegado con las manos un poco lastimadas, pero no hemos tenido que caminar mucho.

Comienzo a pensar que el niño le gusta acompañarme porque a donde vaya hay internet al alcance y generalmente está muy rápido, pues solamente él lo usa y no se desespera por el poco internet que hay en casa de sus primas.

Y justo pensaba eso cuando al llegar y después de saludar le ha pedido a mamá permiso para prender su modem, solo he medio sonreído y nos pusimos a desayunar, aunque es extraño pero tanto el niño como yo no hemos comido mucho.

De ahí hemos ido de nuevo a ver lo del banco, supuestamente en 20 minutos me llegaría un mensaje al correo pero ha sido pasada 1 hora en fin. Compramos algunas cosas y volvimos a casa para de ahí recoger otras más y venirnos a la casa, acomodar la comida e irnos a patinar.

Al llegar nos topamos con muy poca gente, pero he sentido mucha emoción cuando el niño ha sacado sus patines nuevos de la mochila, ya no tiene necesidad de poner su carita y pedir unos prestados, ahora ya va a usar los suyos sin problemas. Verlo ponérselos y salir disparado hacia las olas me ha sacado más de una sonrisa.

Con decirte que hasta el chico que solía enseñarme a mí se me acerco e intercambiamos algunos comentarios con respecto a los patines, el color azul con verde hace que se vean genial Alex, pero lo mejor es que ahora ya podrá hacer todo lo que quiera con ellos, salvo prestarlos a otra persona para evitar que se los rompan o le peguen uno que otro hongo.

Hubo un momento en la pista que éramos bastantes, así que nos hemos puesto a jugar algo como encantados, pero para desencantar a las personas debíamos pasar por entre sus piernas, entre adultos resultaba relativamente fácil, ni que decir cuando un niño pasaba entre las piernas de un adulto, lo complicado era cuando un adulto debía pasar por entre las piernas de un niño, así que los grandes hemos terminado casi arrastrándonos.

En sí creo que dejamos el piso más que limpio y siendo un espectáculo para la gente que estaba en la zona de las sillas, en la pista solo en patines.

Ya te imaginas como ha terminado la ropa de todos, pero nos hemos divertido como enanos, puras risas. Aunque he de decirte que los niños son más agiles para eso de esquivar a la gente, cuando fue el turno de los niños hemos terminado todos encantados.

Ha sido triste dejar al niño con su mamá y volver a una casa silenciosa y sin ti.

Alex… ven ya por mi… te lo suplico… no tardes… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario