2 de enero de 2016

Israel y el tío Donas

Siendo sábado me he despertado un poco tarde, es extraño Alex pero creo que lejos han quedado los días de levantarme después de mediodía, eran las 9:30 de la mañana y ya estaba más que despierta, así que me levanté de la cama, desayuné y comencé a levantar el tiradero en la casa, nada fuera del otro mundo, pero bueno.

Comencé a ver algunos programas en la televisión y revisar las publicaciones que había en ese grupo al que apenas me he unido, comienzo a pensar que es buena idea tener un hobbie nuevo Alex, ya que aún no puedo sacar la cámara tan fácilmente, me cuesta hacer cosas que disfrutábamos los dos.

Por ahí de la 1 de la tarde comencé a charlar con Israel, un chico que me pareció bastante interesante y que estaba dispuesto a ayudarme en mi travesía para aprender a patinar, así que sin pensarlo mucho hicimos planes para vernos por la tarde, solo que he confundido un poco la ruta, me he bajado en la estación Ferrería cuando era Refinería, error de cálculo.

Y llegue a un parque bastante mono, ya estaba ahí esperándome aunque por supuesto él llego mucho antes que yo, un chico muy delgado y alto, con unos lindos patines color rojo. Me he puesto los patines y comenzamos a patinar, aunque a los 5 minutos tuve que hacer una pausa y sentarme, por fortuna ha accedido a buscar otra parte del parque que tuviera el piso más liso.

Ahí encontramos a una nena que también patinaba, pero sus patines eran más que nada de juguete, y de nuevo a intentar patinar. Creo que en un momento Israel se ha desesperado pues comenzó a enseñarle a la niña como patinar hacia atrás, luego ha dicho que mi primera lección comenzaba en ese momento, aprender a frenar, pero no me salió como yo quería. Pasada la hora cambiamos de lugar, fuimos al dichoso “bowl”, un lugar lleno de gente practicando en patines, patineta y bicicletas de varios estilos, lo interesante fue ver que no era la única que parecía bambi recién nacido.

Estando ahí me ha dado miedo escénico y preferí guardar mis patines para otra ocasión, cosa que desesperó más a Israel, al final he aprovechado que un policía nos indicó que fuéramos acercándonos a la salida, para decirle que nos fuéramos del lugar, no hubo tanta química como con Hugo ayer, aunque no descarto la posibilidad de volver a patinar con él.

Lo he acompañado a su moto pero me reusé a subirme en ella, así que he caminado hasta la parada del metro más cercana, ahí ya estaba él, me he despedido con un lindo abrazo y la promesa de vernos en otra ocasión.

De camino he cambiado de opinión y cambié el punto de encuentro con el tío Donas, otro chico que conocí en el foro de patinadores, un chico bajito, de lentes y medio gordito, pero con mucha más paciencia que Israel e inclusive Hugo, con él he comenzado más con técnica que otra cosa, me ha exigido un poco más y hemos quedado en vernos entre semana, quizá sea quien me ayude a lograr el único propósito que tengo para este año.

Volver a casa de noche ha sido difícil, más cuando al acercarme note que llegaba Andrea, por fortuna no me han visto, pero si me he cruzado con un vagabundo que sin pena se ha bajado los pantalones y defecado en una esquina.

Al final he hecho lo que me aconsejó Israel, ponerle alcohol a los patines y bastante papel periódico, espero con eso aflojen bastante y sea menos doloroso para mí.

Noche triste Alex, quisiera compartir contigo tantas cosas, realmente me siento sola.

Alex… te suplico vengas por mi… TE AMO.

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