9 de octubre de 2015

La pistola

Hubiera pensado que nada alteraría lo que hago cada viernes de flores Alex, te cuento que todo comenzó como un viernes normal, salí de la casa antes de las 8.30 de la mañana con la esperanza de que la señora fuera a hacer la limpieza, de ahí al trabajo.

Tiré mi basura en el camión que está cerca del trabajo y caminé a la oficina, aún estaban las piedras puestas de la misma forma que las dejé la vez pasada. Charle un poco con Margarita y nos hemos puesto cada quien a sacar sus pendientes, por supuesto me he abocado más a los personales que otra cosa.

A medio día ha llegado Pedro, nosotras ya estábamos del otro lado pues la señora que limpia las oficinas había llegado y era el turno de nuestra sección, supuestamente para que limpiara todo bien preferimos salirnos y darle su espacio.

Fuimos a comer tacos, aunque no han sido mucho de mi agrado, afortunadamente solo ha sido uno. Terminamos comiendo en la oficina y Pedro se ha ido a la fonda, sobre todo cuando se enteró que había Cabrito para comer.

Aproveché que Vic no vino a la oficina para salirme temprano y llevar a la nena a bañar, pregunté aquí y allá y finalmente la bañaron cerca de donde hay un verifi centro. Ya estaba demasiado sucia Alex y no quiero que me echen habladas por eso.

De ahí a comprar las flores, esta vez han sido unas amarillas con blancas las que he comprado, nos regresamos a casa tranquilas y charlando de comida, he sentido un poco feo pues ni tu mamá o hermana habían comido. Llegamos a la casa ya oscureciendo y en teoría iría directamente a la casa, pero he pasado antes al chaparral pues no quería que se ensuciara la nena, sobre porque mamá dijo que quizá llovería.

Hasta ahí iba todo bien Alex, salí del chaparral con las flores en los brazos, el termo que uso para llevar café a la oficina y mi sudadera. Cuando di vuelta a la cuadra noté que una moto con 3 muchachos se acercaban, más que nada por el relajo que traían.

Y se estacionaron a un costado mío, cuando voltee a mirarlos el chico de en medio sacó una pistola y se me quedó mirando. En un segundo pensé que si podía defenderme de esos tipos, pero al notar la pistola mi reacción ha sido correr en zigzag. Y así hice Alex, no te diré que ha sido a toda mi velocidad pero si los he sorprendido.

Al dar vuelta a la cuadra estaban dos vecinos que ni se inmutaron al verme correr, por suerte traía las llaves de la casa en la mano y entré lo más rápido que pude, segundos después escuché como la moto pasaba por ahí.

Traté de tranquilizarme para llamar a tu mamá y decirle que ya estaba en casa, lo mismo con mi mamá, aunque ella si notó algo en mi voz, pero le dije que era porque había subido las escaleras corriendo.

El resto de la noche me la he pasado llorando Alex, me has hecho mucha falta, las manos no dejaban de temblarme. Ahora pienso que si esto mismo me hubiera ocurrido meses antes no habría hecho ningún movimiento pues ya quiero estar contigo. Hoy… simplemente no sé por qué he corrido.

Alex… ven ya por mi… estoy tan asustada… no tardes… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario