16 de octubre de 2015

El rayón azúl

Escuché como iba subiendo alguien las escaleras de la casa Alex, en un inicio rogué porque fueses tú, al final me di cuenta que era mamá, lo que ocasiono es que me pusiera un poco de mal humor. Esperé hasta el último minuto para levantarme de la cama, y eso que mamá me aviso en dos ocasiones para hacerlo.

Lo único que pude desayunar fue el jugo de zanahoria que mamá me compró cuando fue por la leche, me vestí y salimos de la casa para ir al Estado de México y recoger los documentos que habíamos tramitado el mes pasado, en teoría era solo ir a recogerlos, vaya fiasco nos llevamos cuando nos dijeron que no podíamos recogerlos porque no coincidía el nombre.

Me dio tanto coraje que traté de corregir el error pero no encontré por ningún lado el registro, hasta mamá salió con una de sus jaladas, terminó diciendo delante de la gente su acostumbrado: “Hija no me regañes”, cuando le pedí que sacara sus lentes para que se diera cuenta que no aparecía nada en la pantalla.

Ya sabrás que en ese momento mi paciencia se agotó, nos salimos del lugar bastante enojadas y terminamos yendo a otro lugar con la esperanza de que nos ayudaran. La llegada estuvo ruda Alex, un lugar bastante concurrido con calles muy estrechas y para colmo nos tocó la entrada de varias secundarias.

Estando ahí vimos pasar los minutos, supuestamente en espera de que el tipo volviera del banco, tuvimos que explicarle a la secretaria, luego a una abogada para finalizar la charla con otra, por supuesto ya la paciencia se había agotado y comencé a usar sus frases Alex, para todo decía: “Como le repito”, así que termine diciendo lo mismo hasta que bajo su tono.

Al final nos ha dado su teléfono y verá en que puede ayudarnos, por supuesto que eso acarreará dinero de por medio, ni hablar Alex, uno que quiere hacer las cosas de la mejor manera y con este maldito gobierno no se puede, espero que si nos ayude.

Todo eso sin comer, y para colmo con un rayón de por medio, que coraje Alex, para suerte mía mamá también estuvo molesta y ambas guardamos silencio en el trayecto a su casa, supuestamente íbamos a comer juntas pero preferí volverme a casa temprano, ella se ha comido una torta y yo… al tráfico, finalmente viernes y la gente tiene dinero mientras yo quiero volver a casa y esconderme entre las cobijas.

Hoy me has hecho tanta falta Alex, ven ya por mi… no tardes mucho… TE AMO.

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