28 de julio de 2015

Los abrazos de Brenda

Cuando llegue a la oficina solo estábamos Margarita y yo, aunque poco tiempo después escuche varias voces abajo. Para mi sorpresa hoy han venido las dos hijas de Vic, por supuesto la más efusiva ha sido Brenda, Alma siempre tan correcta y un poco distante, aunque ambas muy amables.

Así que he tratado de ser amable con ellas, en teoría han venido a ayudarnos con el inventario, cosa que dudo mucho, pero es una manera de la cual pueden obtener algún beneficio económico por parte de su papá, ya sabes cómo es Vic y no suelta fácilmente prenda en temas que involucren dinero.

Supuestamente Brenda usará ese dinero para comprarse un celular, de Alma no se bien, pero al menos es la que más concentrada se pone al momento de trabajar.

Justamente cuando escuche a la señora de los atoles les he invitado uno a cada una, dudo sinceramente que se los beban completamente. Así que vamos Brenda y yo por ellos, hemos hablado un poco en el camino, como siempre muy linda conmigo.

He de decirte que de vez en cuando me ha sorprendido con lindos abrazos inesperados, lo que me ha arrancado una que otra sonrisa, sentir su cariño me ha hecho bien. Cada vez que subía al baño me regalaba un abrazo sorpresivo. Estoy segura que a ti te hubiera gustado mucho Alex.

Por la tarde ha venido su mamá por ellas, también con ella el saludo ha sido tan cálido y familiar que varias personas en la oficina se sacaron de onda, además me han invitado a la fiesta de 15 años de Brenda, será para fin de mes, creo Noviembre, una fiesta que sin duda iré.

Entre tantas cosas hemos quedado de vernos más seguido y quizá hasta regalarle un celular a Brenda, aunque ella se inclina mucho por los iPhone, un gasto no contemplado pero que vale la pena, es una niña tan linda Alex, un gasto que no me dolerá tanto efectuar.

Ya en casa le he comentado a mamá de la fiesta de Brenda, por supuesto que pretendo llevarla, veremos en qué situación me encuentro para esas fechas, espero que sin problemas. He aprendido de la peor manera que todo puede cambiar en pocos segundos.

Esta vez no he llorado mucho por la noche Alex, los abrazos de Brenda han sido un buen bálsamo para mi alma casi destruida por el dolor.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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