17 de julio de 2015

El charro pitiado

Un día lleno de emociones Alex, Cesar de nuevo me vuelve a incomodar, no sé porque sea Alex, quizá que tenga la sangre un poco pesada, quizá que sea un chico más de soporte, o no se Alex, puede que sea hasta yo con mi mal genio, tantas cosas que pueden pasar.

Y hoy solo ha venido él, Margarita, Vic y yo, los demás están en proyecto, así que no hay ni para donde moverse, de hecho ni siquiera me he movido de mi lugar cuando la señora ha venido a la limpieza.

A la hora de la comida hemos ido todos, ha sido en ese momento cuando comenzaron las charlas anecdóticas entre Cesar y Victor, algunas veces pude aportar algo, otras de plano no conocía de quién hablaban.

Para mi sorpresa comenzaron a hablar de los Azufres, ahí fue donde me he dado cuenta que César es “el charro pitiado”, del que tanto me contabas aunque no todo pues, como dijiste en ese momento, era cosa de hombres.

Por supuesto hemos hablado de ti, de lo friolento que eres, de la cobija que solicitaste a Vic te comprar y luego me dijiste, en tono de broma que te la habías ganado en la rifa de la fiesta de fin de año. Cobija con la que a veces suelo dormir pensando por supuesto en tus palabras.

Ellos han hablado de ti en pasado, yo lo he hecho en presente, habrán notado la diferencia?

En una de tantas historias hemos reído a carcajadas, tanto que Cesar a terminado escupiendo la sopa en la cara de Margarita, acto que siguió de más risas, un momento en el cual te habrías reído tanto como yo Alex, por lo que he dicho una de mis tantas frases ya no usadas: “Nota mental, no sentarse frente a Cesar a la hora de la comida”.

Lo que desató otra ronda de risas, por supuesto a Margarita no le hizo tanta gracia como a los demás y sobre todo a Cesar, que su risa era más por nervios.

Ya en casa te he extrañado bastante Alex, hemos ido a comprar las flores, aunque todo el camino tu mamá ha hablado de lo molesta que está con su hermano y de las cosas que ya sabemos Alex, he olvidado ya en que versión estamos de la misma historia, pero bueno.

Volvimos antes de que lloviera, hemos tenido mucha suerte, por supuesto les he dicho que mañana no podré ir a llevarte flores hasta el domingo, por un segundo pensé que se ofrecerían a llevártelas, pero aunque tu mamá dijo que ellas irían Cecilia la corrigió diciéndole que quien las iba a llevar pues Andrea iba a trabajar, finalmente hemos quedado en que el domingo las llevaremos sin falta.

Termino el día preparando las cosas que me llevaré mañana, curiosamente me siento nerviosa Alex. Te extraño tanto Alex

Alex… ven ya… no tardes… TE AMO.

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