27 de mayo de 2015

El paraguas roto

Todo tranquilo en la oficina, como Vic sigue en Tula podemos estar bastante tranquilas, solo resolviendo pequeños problemas pero básicamente no hemos hecho nada productivo, Margarita una que otra cotización, pero en mi caso casi nada, o más bien nada Alex, me la he pasado terminando de instalar los programas en la máquina para dejarla al 100%, además de organizar un poco mi biblioteca digital, pero más bien he estado navegando por internet sin rumbo fijo.

Es extraño como sueles pensar en personas que ni conoces, eso me ha pasado últimamente Alex, pienso en André, como lo estará pasando?. Hace tiempo que no sé nada de ella. Desde que te has ido siento que solo ella puede entender lo mal que me encuentro, y aunque nuestros mails son escasos no hacemos preguntas tontas, como el: “Cómo estás?”, sabemos que estamos mal, ella por la ausencia de Javi y yo por la tuya Alex.

Pudimos salirnos temprano de la oficina, como estaba lloviendo solo saludé a tu hermana por la ventana de la cocina, cualquier cosa que me reclame tu mamá puedo decirle que saludé a tu hermana. El único inconveniente es que al parecer el paraguas se está rompiendo en una de sus varillas, ni idea como repararlo Alex, quizá un poco de cola-loca y listo, ya veremos después.

Después de comer me he pasado el resto de la tarde mirando películas, nada en especial, es curioso Alex, aun y cuando no veo los programas en la mañana y hay tanta variedad, días como hoy no encuentro nada interesante que ver.

Te cuento que de nuevo me está pasando, cada vez que suena el teléfono guardo una pequeña esperanza de escuchar tu voz diciendo que todo está bien y pronto llegarás a casa, que todo esto ha sido una pesadilla, aunque cada vez que respondo el 90% de las llamadas son de mi madre, las demás de tu mamá y pocas son de promocionales o números equivocados.

Además de no tener mucho que hacer en la oficina, te cuento que los días han estado bastantes grises, últimamente llueve mucho por las noches, así que puedo dormir arropada, aunque a media noche o de madrugada me despierto con frío, mis manos siguen buscando tu cuerpo Alex, será que tú también me extrañas?, pregunta estúpida, sé muy bien que me extrañas más o igual que yo a ti.

“Trata de no llorar, trata de no llorar”, es el mantra que últimamente me repito.

Alex… ven por mí… TE AMO.

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