9 de mayo de 2015

El libro y los recuerdos

Hoy me he animado y me quedé de ver con el chico que vende el libro de Anne Rice, como él había cedido en el precio yo he cedido en la distancia, así que me puse en camino a tiempo, la teoría es que iba del dentista hacia el metro, la verdad es que apenas salía de casa.

He hice casi 1 hora de camino, aun y cuando no me topé con mucha gente pude ver algunas cosas, pensé que quizá eran mensajes tuyos Alex, que lo hecho estaba bien, quizá me he equivocado, pero fueron tantas las señales que dude mucho.

Hasta llegue a pensar que quizá sería el chico que de nuevo me haría sonreír, pero me equivoque, ni las frases, canciones, imágenes y escenas fueron suficientes para que fuera realidad, me sentí nerviosa al acercarme, pensé tantas cosas Alex.

Y al llegar ya estaba ahí, esperándome, afuera de los torniquetes, como yo buscando la manera de ahorrar dinero, pero oh sorpresa, llevaba en sus brazos a un pequeño de unos 2 años de edad y además iba su esposa.

Así que todo lo que pensé se desvaneció en cuanto vi la mirada de su bebe, un par de hermosos ojos grises evadían mi mirada, hablamos poco, me presenté y pague el libro para volver con más dudas que respuestas.

No era Alex, no era la persona que podría volver a hacerme sonreír, cada día me doy cuenta que esa persona no existe y ahora seré una persona completamente sola, triste y llena de soledad.

Mandé un mensaje agradeciendo, me respondió de igual forma, pero ya nada será igual.

Y llegue muy cansada a casa, me he encerrado y recostado en la cama, lamentablemente este no es un buen día para irme, al menos no pude hacerlo. Me he despertado por la tarde con el corazón más apretado que nada, aunque eso de corazón es un decir, creo que te lo has llevado Alex.

A regañadientes me he levantado de la cama y subí para ver que desocuparía hoy, y así fue, una maleta llena de maletas, al ver el papel de la aerolínea me doy cuenta que es una maleta llena de recuerdos, nuestros recuerdos. La maleta que te ha acompañado cuando fuiste a concursar en el año 99.

Malditos recuerdos…. Maldita soledad… maldito dolor.
Desocupé lo más que pude pues los brazos me pesaban demasiado Alex, la maleta, algunos libros y el burro de planchar, nuestros recuerdos en bolsas de basura.

Alex…. Ven por mi… TE AMO.

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