11 de diciembre de 2014

Pocas personas en misa

Ayer le comenté a Vic lo difícil que es salir de casa y aún más el regreso con la llegada de los peregrinos por lo que le comenté que no estaría en la oficina pero si en la casa por si algo se le ofrecía, aunque siendo jueves tuve que salirme desde temprano para que la ratita hiciera la limpieza en la casa.

A las 8.30 de la mañana me salí, caminé por la colonia hasta llevar al Toks, donde mamá me estuvo esperando en días pasados con Carlos, por supuesto me he sentado en otro lugar, pedí un chocolate caliente y los típicos huevos norteños Alex, aunque al ver el precio trate de cancelar la orden del chocolate pero no pude.

Me quede en el restaurante el mayor tiempo posible, luego me fui al centro comercial, vague un poco entre los pasillos y luego me fui a la otra tienda, ahí pensé en comprarme una pijama térmica pero ya estando en la caja desistí de la idea, no quiero estarme llenando de cosas que no voy a usar, tengo bastante ropa de donde escoger para dormir, aunque siempre termine usando la misma, tu siempre me dijiste eso Alex.

De regreso, como a las 13 horas, pase a ver a tu mamá, ella y Cecilia estaban fascinadas con la llegada de los peregrinos, como siempre trataron de ser agradables con ellos, les ayudaron a cargar la batería de algunos celulares y a las chicas las dejaron pasar al baño del trabajador.

Fue cuando llego un coche con comida que casi me suelto a llorar, tu mamá insistía en que fuera a pedir comida, como solíamos hacer tu y yo, pero en cuanto pude me zafé y me fui a la casa argumentando que quería ir al baño.

Sinceramente prefiero quedarme encerrada en la casa y ya no ver lo que sucede a mi alrededor, con decirte que hasta me han pedido un rollo de papel de baño para las muchachas que fueron al baño, baje a abrirles como dos veces pero siempre con mi cara de pocos amigos, creo que eso los alejo un poco.

Por la noche, como a las 8 de la noche, fui a la casa de tu mamá para asistir a la misa, como aún estaban en el comedor me regrese, he vuelto hasta las 9 de la noche, ni siquiera la comadre sabía bien la hora, apenas y llegamos las dos, en la misa solo estuvimos tu mamá, Cecilia, tu tío Honorio, la comadre con el ahijado y yo. Nadie más vino, al parecer todos los demás la han ignorado, comenzando con los Diaz.

Aunque quizá se equivocaron en el horario pues tu mamá dijo que era como a las 10 de la noche, pero bueno, como siempre he hecho acto de presencia Alex.
Tu mamá como siempre, dando órdenes, nos ha dicho a la comadre y a mí que lleváramos al sacerdote a la iglesia, lo bueno es que un vecino de la calle lo invito a cenar chilaquiles, por lo que pudimos regresarnos inmediatamente.

Termino el día triste, sumamente triste Alex.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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