7 de diciembre de 2014

Lavando tu cobija

Como tu mamá me dijo que iría a comprar hoy las nochebuenas, le he dicho a mamá que no cocinara pues no tenía ganas de salir hoy de la casa, quería descansar un poco, tratar de no pensar, de relajarme en casa.

Y eso traté Alex, sé muy bien que ayer fueron por las nochebuenas y quizá hoy vayan a otra parte, pero sinceramente eso no me ha molestado del todo, solo quise aislarme de todos a mi alrededor, ni siquiera he quitado el pasador de la puerta Alex, ni me he quitado la pijama.

Pero a medio día me ha dado uno de mis ataques de limpieza, aunque no tan drásticos como antes Alex, quise de alguna manera guardar tu cobija de súper héroes y la mía de princesas en el estuche de la cobija que compré en días pasados.

No me di cuenta de lo que me estaba ocasionando hasta que fue imposible darle marcha atrás, comencé lavando la sobre cama y sabana de la cama para que se secaran bajo el sol, luego fue el turno de mi cobija, hasta ahí todo bien.

Seguí con mi ropa sucia, pero cuando fue el turno de tu cobija me he soltado a llorar cuando la olí, traté de convencerme que olía a polvo, pero aun olía a ti Alex, con lágrimas en los ojos vi cómo se iba llenando de agua la lavadora.

He de decirte que cuando comenzó a lavarse soltó bastante mugre, quizá por el polvo acumulado, quizá ha sido también un poco de mi tristeza, no sé bien Alex, hice el mismo procedimiento que tú, mezcle varios jabones, junté agua en una tina y vertí un poco de suavitel, ahí la deje reposar un buen rato.

Cuando la tendí y la vi limpia no pude más, me desplomé en la azotea Alex, creo que nadie me vio, pero he sentido como se abría el piso bajo mis pies, sentí tan feo Alex. Un pedazo más de nuestro mundo se me ha venido abajo.

Ha sido tanto el impacto que se me dificultó mucho comer, solo me quede mirando el plato por un buen rato, ha sido la llamada de mamá la que me sacó del trance, vi que ya estaba oscureciendo, la ropa ya estaba seca al igual que las cobijas de la cama, solo la tuya y mía aun no lo estaban, las terminé metiendo en la oficina para que se sequen con el paso de los días.

Maldita tristeza, maldito dolor, maldito el día en el que me dejaste.

Alex… ven por mi… ya no puedo más, de verdad, ya no más… TE AMO.

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