27 de julio de 2014

La manda de tu mamá

El haber programado la alarma del telefonito no fue de mucha ayuda Alex, aunque de alguna manera si me despertó, quizá por la vibración que por el sonido mismo. Afortunadamente el chilletas también comenzó a sonar a tiempo, solo que quise quedarme 5 minutos más en cama, no quise levantarme para bañarme, para que hacerlo?

Llegue temprano a casa de tu mamá, toque y no me abrieron y el pasador estaba puesto, por lo que espere en la jardinera, hoy encontré papeles de un señor que vivía cerca de la casa, por un segundo llegue a pensar en llevárselos, pero al final decidí no hacerlo, no vaya a ser que me salga el tiro por la culata, es decir que piense que yo tengo algo que ver con eso.

Y nos pusimos en camino, fuimos a Peralvillo, ahí Cecilia y el ahijado se bajaron y caminaron todo el trayecto para ir a la Basílica, tu mamá y yo los íbamos siguiendo, aunque deteniéndonos en cada esquina, hubo un trayecto en el cual me dio miedo pues un camión se nos aventó, aunque creo que tu mamá ni cuenta se dio, estaba más preocupara por su hija que nada.

Y llegando a la Basílica un tipo me estorbo por lo que hizo que la nena cayera en un hoyo, luego no encontrábamos lugar para esperar a Cecilia, dimos una vuelta a unas cuadras y nada, se me ocurrió esperarlos cerca de un mercado, donde se supone que Cecilia va a hacer el trámite de la báscula.

Hubo un momento en el que pensé que el niño se cansaría y se vendría con nosotras, pero aguantó todo el trayecto, aunque tu mamá estaba un poco de necia en meternos a un estacionamiento y bajarnos para alcanzar a Cecilia, pero era obvio que lo más fácil sería espéralos ya que ellos caminan mucho más rápido que ella.

Luego nos hemos ido a desayunar, yo pedí lo mismo que tu mamá y hermana, un omelet de queso con champiñones y el niño un huevo con salchicha. Mientras esperábamos el niño se acabó su jugo de naranja así que termine dándole el mío. Como Cecilia había pedido para llevar dos órdenes pasamos primero a dejarla a su casa y luego las lleve a la Quiroga para que hicieran su mandado.

Después de dejarlas he ido a casa de mamá, le lleve mangos y sus bolsas de leche, como cada domingo hemos ido al centro comercial a comprar aguacates, se supone que solo iríamos por eso pero como siempre terminamos trayendo más cosas.

Como ya era tarde me vine a casa rápido. Sabes Alex, me reusaba a subir pues el hacerlo me obligaría comenzar a desocupar, así lo había pensado. Pero no quería comenzar, sé muy bien que el hacerlo me iba a causar dolor, y así fue. Poco a poco lo voy a hacer, solo no quiero presionarme de más Alex.

Baje la caja del microondas, un poco de basura y el cesto de ropa sucia que usábamos al lavar. Además baje tu caja de recuerdos, el abrirla fue lo que me hizo llorar, comienzo a romper una de nuestras promesas Alex. Sé que entenderás, pero me duele tanto.

Como tenía un abolsa de plásticos se la lleve a Lupita y le deje a la comadre el cesto, seguro ella le encontrará un mejor uso. No la encontré en su casa, estaba con Blanca, deje las cosas y subí. Tu prima se encuentra mejor, estuve con ella un rato y me baje con la comadre.

Charlamos un buen rato, me extraño el que me dijera algunas cosas de tu papá, de Alfredo, además le conté el cómo me había ido con tu mamá y los medidores además de que ya estaba desocupando poco a poco arriba.

Me dijo que ni así estará tranquila tu mamá, que siempre va a querer controlarme además de que ella bien sabe que pierde más que yo pues soy la única que está a su disposición los fines de semana para llevarla a donde quiera.

Ya en casa, mientras doblaba la ropa limpia he comenzado a llorar amargamente Alex, esto no debería estar pasando, no debería.

Alex… te ruego vengas por mi… no tardes… ven ya… TE AMO.

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