1 de junio de 2014

Buscando el refrigerador

Aunque dormí poco preferí levantarme temprano, la idea era hacer lo de siempre y volver a casa temprano, comenzando con ir a la Quiroga y comprar mi dotación de duraznos y quizá llevarle a mamá ciruelas, pero no se puso la Maruca así que descarté la fruta desde temprano, pensé en ir al Soriana con mamá pero ella ya tenía otro plan para este día.

Cuando llegue la note molesta, pero seguramente por lo que está pasando en Tampico con su madre, que la están zopiloteando y quieren comprar un servicio funerario para la abuela pero con lujo y todo ya que como van a enterrar en un mal lugar a “la madre del capitán Cervantes”, vaya payasada.

Desayune un poco y nos fuimos al centro comercial para buscar su refrigerador, fuimos a varios Alex, y como siempre puso su cara porque estaba caminando lento ya que aun me duele la pierna, no sé porque, pero aun me molesta bastante, aunque exagere un poco con ella, sobre todo para subir escaleras.

Eso si Alex, caminamos bastante y cuando llegamos a Viana encontramos uno muy lindo, pero no lo entregarían hasta finales de mes, por supuesto ella quiso ir a otra sucursal de Viana, una en San Antonio, así que fuimos, pero la respuesta fue la misma.

Lugar donde fuéramos era lo mismo, o estaban muy caros o no era lo que ella quería. El que a las dos nos gustó estaba en la Bodega Aurrera, pero ya solo quedaba el de exhibición, por supuesto no lo compramos.

Sabes Alex, he sentido feo cuando volvimos a casa y mamá puso su cara de tristeza, de alguna manera o de otra soy la única persona que le queda, comienzo a odiar a Fernando pues no la ha apoyado como debiera, además de que ha estado en comunicación con Carmen, aunque después de que la golpeo ha dicho que ya no, pero sigo con mis reservas.

Entre la charla que tuvimos me dijo que Fernando comentó de que en uno de sus viajes a Hermosillo le dijo Carmen que si sabía a quién le iba a dejar mamá su seguro de vida y que si era a mí se unieran para quitármelo, como veras desde siempre ha estado peleando el dinero Carmen, no entiendo porque es así, finalmente cuando te vas no te llevas ni los zapatos.


Detesto como le da importancia a Carmen, ojalá pudiera hacer que la olvidara, pero es su hija y sé que si mañana se apareciera a su puerta llorando y pidiéndole perdón ella se lo concedería, por supuesto yo no. En mi caso he dejado de tener una hermana. Comienzo a considerarme hija única.

Por la tarde he ido a las tiendas cerca de la casa, encontré un refrigerador lindo y hay una sucursal cerca de casa de mamá, así que quizá podamos no gastar en el envió.

Me duele mucho la pierna, hoy he caminado demasiado Alex, ojalá estuvieras aquí para mimarme, te extraño tanto.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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