29 de marzo de 2014

Cambiando el microondas

Ha sido un triste despertar Alex, soñé que estábamos en una casa, muy fresca y hacíamos el amor, pero tu mirada era triste, como la mía, además estaba apurada por cambiar el microondas, lo que me hizo despertar sobresaltada, bastante triste por notar que no estabas a mi lado.

Desayune un poco, hable por teléfono a servicios a clientes para verificar lo del cambio físico del microondas, tenía el plan A y B, el primero consistía en ir a la tienda y preguntarle directamente a los encargados, el segundo era ir directamente a servicios a cliente con el microondas y llegar con una actitud de no lo quiero.

Afortunadamente la chica de servicios al cliente me ayudo, lo que hizo que el cambio fuera muy rápido, solo lo empaque bien, le pedí al trabajador de tu mamá que me ayudara a bajarlo, ya en la tienda todo ha sido muy rápido, sin problemas Alex.

Creo me he demorado más en escoger el nuevo modelo, me he decidido por uno de color negro, aquel que el ahijado me recomendó aunque por poco me traigo el más caro, pero pensándolo bien para que quiero tantas cosas si solo lo usaré para calentar la comida y a lo más hacer palomitas.

Cuando lo traje a la casa me di cuenta que el viejo era aun más grande que el nuevo, pero le pedí al machetero me ayudara a subir el nuevo y bajar el viejo, por supuesto tuve que esperar a que los Diaz se fueran del negocio, Andrea sigue sin dirigirme la palabra, con decirte que la salude y ni caso me hizo, hasta el trabajador se le quedo mirando con cara de pocos amigos.

Lo bueno es que no espere mucho a que se fueran, también le avise a tu mamá para no tener problemas, hemos puesto el viejo en el montón de fierro viejo en el chaparral, le quité el plato de cristal y me cercioré de que quedara un poco oculto, no quiero verlo Alex, ya que será una prueba más de que nuestro mundo se me cae a pedazos cada día.

Le di una pequeña propina al machetero por recomendación de tu mamá y para que no piense que soy encajosa, aunque creo que el señor se hubiera conformado con una coca-cola bien fría.

Como pude lo coloque en el pedestal que pusimos hace tiempo Alex, cuando por fin lo puse solté a llorar amargamente, me canse mucho y en dos ocasiones estuvo a punto de caerse, pero creo que lo he puesto bien Alex, es pequeño en comparación con el otro, de color negro y unas flores en la puertita, seguro te habría gustado, aunque sigo pensando en el otro, el más caro pero del mismo tamaño, quizá lo cambie, quizá no, ya veremos.

Es curioso Alex, el anterior microondas es 3” más pequeño pero 50 pesos más caro, al quererme traer el que desde un inicio mamá me recomendó no había, solo estaba el de exhibición, ya en la casa pensé en que de estar tu y de haberme encaprichado habríamos ido a la otra tienda, como lo hicimos cuando me compraste una película, la buscamos por varias tiendas, hermosos momentos Alex.

El resto de la tarde me la paso en casa, lavando trastes y sintiéndome triste.

Alex… ven ya por mi… no tardes… aquí espero… pero duele mucho… mucho… TE AMO.

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