4 de enero de 2014

Quemando la muñeca

Después de ir a la leche me metí de nuevo en las cobijas, a veces pienso que es innecesario ir por ella, pero a mamá le gusta, a mi casi no, llevo semanas sin tomar leche, solo la que ella me da los domingos, de hecho Alex, comienzo a pensar que los búlgaros de leche se me están muriendo.

Me desperté a tiempo para darme un baño, arreglar las cosas e ir por tu mamá y hermana para llevarte flores, ayer las compramos con Javier, tal parece que la semana que entra no vendrá pues dice que como la gente va a estar muy gastada no tiene caso.

Dos ramos de moraditas y una amarilla fue lo que puse en el jarrón, se veía bien la combinación pero como siempre no me ha gustado como lo he arreglado, aunque tu mamá dice que me saque un 10, pero seguramente es porque he puesto amarillas, que es su color favorito en flores.

Es sorprendente como la gente puede hacer daño a otra Alex, cuando estábamos por el ultimo jarrón Cecilia se puso a buscar lo que había en el frasco que sacaron semanas anteriores, me dio curiosidad y baje, pienso que no debí haber hecho eso Alex, pero lo hice.

Encontramos una muñeca de cera, amarrada fuertemente y con bastantes alfileres en el pecho, como pude quite los alfileres y trate de desamarrarla, pero en la parte de los pies no pude, en el papel pude leer un nombre pero no sé si sea bueno repetirlo. Lo que me llamo mucho la atención fue que tu mamá insistía en poner eso en un pedazo de periódico y llevarlo a la casa.

Por supuesto le dije a Cecilia que yo no llevaría eso, ella coincidió conmigo, pasó una señora y como chisme nos dijo que eso lo habían sacado de un “nuevo vecino”, cosa que nos hizo gracia a Cecilia y a mí pues sabíamos la verdad. Afortunadamente traía con ella unos cerillos y puede prender el listón de la muñeca, supuestamente no iba a prender, pero lo hizo.

Por un comentario de tu mamá saque el merthiolate del botiquín y se lo vertí a la muñeca, las últimas gotas se las eché jugando, pero casi todo ha servido para quemar eso Alex, cuando volvimos con tu mamá ella insistía en que nos lo lleváramos, Cecilia dijo tajantemente que no y guardo silencio.

El viaje de regreso ha sido hablando de eso, de el aire que te suele dar, de cómo lo preparan, he tenido una extraña sensación cuando descubrí que tu mamá sabia perfectamente como se preparaban esas cosas, además trato de tranquilizarme cuando le dije que haber si no me daba un aire, no lo mencione Alex, pero me dolían un poco las manos.

Y al final creo que si me sugestione un poco, antes de entrar a la casa de tu mamá nos ha llevado alcohol con el cual limpiarnos las manos y un poco del cuerpo. En ese momento no me ha dado miedo pero ahora sí, espero que no pase nada malo Alex y que con lo hecho haya podido ayudar a alguien.

Por la noche me extraño el comportamiento del sensei de mi maestro en Aikido, nunca llegue a pensar que una persona se llegara a comportar como él lo hizo, me hizo bastantes insinuaciones y de hecho hasta mando algunas fotos, me pregunto qué pensará de todo esto su esposa.

Yo creo que no lo toleraría, pero bueno, cada cabeza es un mundo.

Me voy a la cama llena de dudas, miedos y confusiones. Cuanta falta me hacen tus palabras Alex, tus besos y abrazos.

Alex… ven por mi… todo está mal… todo… no tardes… TE AMO.

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