27 de octubre de 2013

Mis escuelas y la cerradura

Después de ir a misa, comprar algo de fruta y dejar a tu mamá en su casa hemos ido con mi mamá, lo chistoso ha sido que ahora el ahijado me ha sorprendido esperándome fuera de casa, pero la verdad es que se me hizo un poco tarde, este cambio de horario me está matando y apenas van unas horas.

Llegamos con mamá y desayunamos, la sonrisa del ahijado me hizo pensar en nuestros posibles hijos, maldita sea el momento en el cual planeamos todo Alex, si te hubiera hecho caso, si tu no me hubieras hecho caso… pero los hubiera no me llevan a ninguna parte.

Al terminar de comer hemos ido al mercado, no encontramos mucho para comprar, volvimos casi enseguida a casa de mamá, tenía mucho sueño pero esta vez no quise quedarme a dormir, he acompañado al niño y a mi mamá en el paseo de falcón.

Como el niño insistió en conocer el lugar donde había estudiado la secundaria hemos ido, para mi sorpresa estaba abierta, pedimos permiso para entrar y le mostré un poco, no mucho, pero los recuerdos invadieron mi mente, le conté algunas historias, hasta recordé las veces que nos tomaron la foto de generación bajo las escaleras, si Alex, pensé en Francisco, mi primer amor.

Luego seguimos caminando, llegamos a la calle de mi preparatoria, pensé que la habían quitado pero no, ahí sigue, estaba una señora afuera y de nuevo pedimos permiso para entrar, no muy lejos, y de nuevo le conté historias de esa época, del salón donde pase el último año, donde desayunaba, etc.

Al salir no pude más que extrañarte, se que esas historias las habrías disfrutado mucho más tu, me seguramente tus comentarios me sacarían una sonrisa o un: “cálmate”, pero esta vez solo han sacado una pequeña lagrima que he podido disimular muy bien. El sabor agridulce me ha acompañado desde entonces.

Cuando pasamos a saludar a tu mamá no te algo extraño en la cerradura, como si le hubieran metido algo, entre fácilmente, pero al salir volvimos y le pregunte a tu hermana si le había puesto algo a la cerradura, al revisarla algo paso pues ya no pudimos cerrar bien.

Has de cuenta que del lado de la calle ya no cerraba, pero por adentro si, ellas tenían que salir al podólogo de tu mamá, me ofrecí a quedarme en su casa y esperarla ya que los muchachos no estaban, quien sabe a dónde se habían ido.

Han sido casi 2 horas las que esperamos, el niño y yo. Nos devoramos lo que la comadre nos dio para comer, milanesa y cascaras de papa, muy ricas Alex, seguramente te habrían gustado. De ahí a perder el tiempo.

Cuando llegaron nos agradecieron y fui a dejar al niño, no hicimos mucho, solo perder el tiempo, espero que todo lo que hago sirva para que vean que no soy una mala persona, aunque solo sea los despojos de la mujer de la cual te enamoraste Alex, he cambiado mucho, aun no me reconozco en el espejo.

Volví a casa ya tarde, con el cambio de horario oscurece muy rápido, eran casi las 7 de la noche cuando ya estaba en casa, me he traido a casa la tablet del ahijado para bajar su juego en el transcurso de la noche, no le ha gustado del todo pero accedió, de mala gana por supuesto pero no le quedó de otra, he vuelto a casa con la promesa de dejaarle mañana con Cacho su tablet.

Ha sido cuando no pude más y me he soltado a llorar, abrace a Corleone y me quede un rato dormida, eso de conciliar el sueño entre lagrimas no es bueno Alex, al despertar tenía los ojos muy hinchados y termine dándome un baño, creo que ha servido un poco, al menos no me duelen tanto los ojos.

He pasado gran parte de la tarde y noche tratando de bajar ese bendito juego, no pude, siempre me marco un error que no pude solucionar, me voy a la cama muy tarde.

Aun cuando dormí por la noche me siento muy cansada, hay Alex, ya no quiero estar aquí, ya no, duele mucho… no pensé que fuera así, y mucho menos cuando ya ha pasado tiempo, duele como el primer día.

Alex… ven ya por mí, no tardes… no quisiera forzar nada, duele… ven ya… TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario