10 de octubre de 2013

La siesta

Hoy ha sido difícil levantarme de la cama, por un segundo tuve la idea de llamar a la oficina y reportarme enferma, quedarme en casa, ver la televisión o simplemente dormir Alex, no quería salir de casa.

Sin embargo me levante como pude, me di un baño, desayune un poco y me fui a la oficina, cada paso que daba ha sido terrible para mi, recordar tantas cosas Alex, lo entusiasmado que estábamos por trabajar juntos, por pasar momentos inigualables,

Aun recuerdo esa ida a la planta, en mi cumpleaños, el mejor que pudiste darme, y ahora me encuentro tan sola Alex.

En la oficina casi no he tenido ganas de hacer algo, escucho como Vic trabaja, veo como el Papote está sentado en la computadora del hermanote y yo… mirando la pared frente de mi, tratando de no voltear a la otra sección para no imaginarte.

Me ha sido imposible Alex, varias veces he volteado, te imagino ahí sentado y hasta llegue a saludarte y mandarte besitos, seguramente abríamos hecho eso y muchas otras cosas más, pero ahora solo puedo mirar la pared blanca.

Aunque no tengo clases en el Cenlex me he ido temprano, vine a casa, pase a saludar a tu mamá y le llame a la mía, nada nuevo Alex, una simple rutina para pasar los días, la vida continua, si claro… pero yo solo veo pasar el tiempo.

He estado tan cansada Alex, cansada de no hacer nada, de quedarme mirando el computador, o el televisor, o lo que sea. Sin ganas de hacer algo, sin motivaciones.

Y sin querer, recostada en la cama me he quedado dormida, no sé cuantas horas habrán pasado, solo me desperté cuando mamá me llamo para ver que hacía, su acostumbrado: “Qué haces”, comienza a molestarme Alex, pero es la única persona que se preocupa realmente por mí.

No recuerdo que le dije pero fue una llamada muy corta, apague la luz, cerré la puerta, estoy a punto de irme a dormir, me siento terriblemente cansada.

Alex… ojalá pronto esté contigo, ya no quiero seguir aquí, ya no… duele mucho… TE AMO.

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