26 de mayo de 2013

El subcomandante

Me he prometido limpiar o arreglar una parte de la casa, aunque sea pequeña, hay domingos en los cuales no quiero hacerlo y sin pensarlo comienzo a hacer algo, hoy era un día de esos.

Temprano he despertado, tome las flores y lo necesario para ir a encontrarme con tu hermana y mamá, juntas hemos ido al panteón y arreglado las flores, he comprado amarillas y les puse un poco de hiervas color verde, para hacerlas sobresalir, claro que esto último a tu mamá no le ha agradado pero he dejado lleno el florero.

Después de hacer la visita a todos los demás hemos vuelto, fuimos a la Quiroga por fruta y verdura, me ha sido curioso el hecho que en un momento me le desaparecí a tu mamá y ella estaba muy preocupada por mí, pero estaba con Cecilia escogiendo fruta con Hugo, a dos puestos de ella.

Las ayude a dejar las bolsas en la cocina y me fui directo a casa de mi mamá, hemos caminado un poco, a veces pienso que estas tan cerca de mí y haces hasta lo imposible porque yo obtenga lo que quiero, al menos cosas pequeñas, hoy ha sido la olla para hervir la leche, mamá quería pagarla pero al final lo he hecho yo.

A ella le he llevado nances, se que le gustan mucho, además de las bolsas de leche y otras pequeñas cosas, aunque siempre soy yo la que vuelve con más cosas a la casa.

He estado con ella charlando, hablando sobre la familia, por la tarde me regrese a la casa, argumentando lo de siempre, evitar el tráfico y las personas que seguramente salen a alguna plaza cercana a comer.

Ya en casa comencé a acomodar las cosas, las que van en el refrigerador, les puse agua a las plantas, levante mi desorden, y sin pensarlo me vi acomodando la ropa que se quedo esperando a que la plantaras, pantalones tuyos, camisas, blusas y pantalones míos, tu ropa la he colgado en el armario junto a la demás, la mía igual aunque las blusas he lavado con la esperanza de que al meterlas a la secadora salieran tan calientes que no necesitaran planchado.

Ha sido mientras acomodaba ese montón de ropa que en una chamarra encontré el llavero del subcomandante Marcos, por supuesto me he soltado a llorar, cuánto tiempo lo estuvimos buscando Alex, en cuanto pueda lo llevare con el coquito, a donde pertenece, donde siempre debió haber estado.

El resto de la tarde lo he pasado mal, bastante triste y disimulando constantemente con mi madre, no quiero que se entere cuan triste estoy aunque en su última llamada algo noto pues me lo pregunto en varias ocasiones, por supuesto cambie el tema en cuanto pude, además argumente que debía darme un baño, espero no sospeche lo mal que me encuentro.

Llorar ha sido como he terminado el día… te extraño tanto Alex.

Alex… ven por mi… te lo suplico… no tardes… TE AMO.

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