11 de diciembre de 2012

Los peregrinos

De nuevo me he levantado temprano, iremos a la gasera, inicialmente pensé que hoy no iría a la oficina, ya hasta había quedado con tu mamá de llevarla con su comadre, pero ayer me dijo Victor que debía ir, no sé muy bien el motivo pero no quiero contradecirlo, mucho ha hecho por nosotros Alex. Ayer le avise a tu mamá que no podría llevarla, aunque al principio no me creyó término por aceptar y me dijo que ni modo, el trabajo es el trabajo.

Esta vez nos hemos quedado de ver en el metro, como siempre los tiempos de Victor son relativos, ha dicho que pasaba por mí en 10 minutos lo que termino en unos 40, creo que con facilidad hubiera llegado caminando a Tetela, he caminado más en el transbordo.

De nuevo me han hecho reír un poco en el camino, comimos tamales y un atole antes de llegar a la gasera y mientras ellos trabajaban y colocaban los soportes he visto una película, aunque a medias pues de vez en cuando Victor se acercaba y charlaba un poco conmigo, creo que ya es tiempo de cambiar el teléfono, he visto como ha estado en comunicación con Pedro sin gastar casi nada de dinero. No lo sé Alex, tantas cosas que no quisiera cambiar y sin embargo las tengo que hacer.

Hemos ido a la casa que ha rentado, en la unidad que se encuentra muy cerca de la gasera, una casa tan pequeña Alex, por un segundo me imagine viviendo en ella contigo, seguramente habríamos comprado dos casas y las uniríamos por dentro, tantas cosas que he imaginado Alex, sobre todo el que estuviéramos juntos, como siempre, como debería de ser.

He visto como colocan los soportes, para mi gusto son un poco lentos, se lo comenté a Victor y opina lo mismo, el hermanote ya hubiera terminado, fue lo que me dijo sin pestañear y le creí. El no pudo venir hoy pues se quedo armando los soportes que se colocaran afuera, donde estarías tu Alex?

He apresurado un poco el regreso Alex, no quiero tener problemas con tu mamá por llegar tarde pero que puedo hacer?, salimos de la planta tarde y se oscureció cuando estábamos ya en la carretera, me he puesto bastante nerviosa al ver pasar tantos peregrinos, todos hacia el mismo rumbo, Victor me dejo en la zapatería la luna, inmediatamente me vinieron tantos recuerdos Alex, trate de alejarlos lo mejor que pude y concentrarme en lo que estaba haciendo, me encontré con la sorpresa de que no había transporte hacia la casa, terminé tomando un taxi.

En el trayecto vi a los peregrinos, recordé las veces que nos íbamos nosotros con ellos, las aventuras que pasamos, cuando me regañaste por pedir comida de mas, la vergüenza que te daba en ciertas ocasiones, tantas cosas Alex, sobre todo el estar juntos.

Llegue a la casa con lagrimas en los ojos, sin mirar hacia ningún lado, solo abrí la puerta y me introduje lo más rápido posible, me serene un poco y hable con tu mamá para avisarle que ya estaba en la casa, me ha preguntado si saldría pero le dije que no, no tengo ánimos para celebrar o hacer algo especial Alex, mucho menos aquellas cosas que tanto nos divertían. Donde estas Alex?

Me bañe, comí un poco y me recosté, espero poder conciliar el sueño temprano Alex, me siento tan cansada, no sé si es por la actividad física o la carga emocional, me duele todo el cuerpo Alex, te extraño tanto.

Alex… ven ya por mi… no tardes… TE AMO.

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