20 de octubre de 2012

La nieve de chocolate

Es extraño levantarse y no ver la mirada de mamá desde el sillón, pero de alguna manera me siento más tranquila Alex, bueno una parte porque siempre ando a la expectativa de volver a recibir una llamada de mamá llorando diciendo que mi hermana esta por ahí y le exige salirse de su casa. Ojalá no vuelva a pasar eso.

Ayer, cuando iba a la tienda pensé mucho en ti, y te pedí una señal para no ir a Tlaxcala, justo cuando terminaba de decir eso entre a la tienda y vi a una niña con una playera que tenía una imagen tan particular para nosotros, con gran significado por lo que he tomado ese pequeño encuentro como la señal de que no quieres que vaya a Tlaxcala, al menos no por ahora.

Por lo que no me desperté temprano, me quede en cama hasta que no pude más y me levante solo para ir al baño, tomar algo de comer y volver a recostarme, pero comencé a sentir un impulso por volver a la tienda y comprar un poco de helado, y así lo hice pero pensé un momento en las hijas de Fernando, además del plato que aun no había devuelto, finalmente decidí comprar helado para ellas y para mi, además de buscar una película que me ha llamado mucho la atención.

Y caminé bastante, desde la casa hasta las dos tiendas mas cercanas, primero a una donde compre los helados y luego a la otra buscando en ambas la película, pero desafortunadamente no la encontré, volví a casa con los helados un poco deshechos, por supuesto no lo podía llevar así a la casa de Fernando, metí el helado en el refrigerador y espere un poco.

Ya por la tarde lo he llevado, vi a las pequeñas felices por litro de helado de chocolate que les lleve, un poco caro pero valió la pena verles las caritas felices además aun están molestas por la varicela que tienen, pobres pero al parecer ya están mejorando, sabes Alex ha sido un golpe bajo (aunque no a propósito) ver a Tere peinando la muñeca que alguna vez me regalaste y después de hacer limpieza decidimos regalársela a ella, la peinaba constantemente, estaba linda la muñeca, sin pensarlo me transporté al momento en el cual me la regalaste, tu la habías escogido y sería una muñeca que nuestra hija seguramente jugaría, y ahora... sin muñeca, sin ti... sin hijos.

Me he despedido rápidamente para volver a casa con lágrimas en los ojos, por más que trate de ocultar mi tristeza y esperar a estar dentro no pude, como me ha dolido Alex, como me dueles... te extraño tanto.

Y comí un poco, no mucho pues aun me sigue dando el dolor en el costado derecho, por un lado espero que no sea nada malo, pero por el otro pienso que quizá pronto estaré contigo Alex, ya no quiero estar aquí, ya no sin ti. Te necesito tanto.

Alex... ya ven por mi... duele en todos los sentidos... duele mucho... TE AMO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario