4 de octubre de 2012

El alcohol

Jueves, un jueves más en los que tengo que salir de casa para que la ratita haga el aseo Alex, casi no he dormido y al levantarme lo primero que logro distinguir es la cara de sufrida de mi mamá, por supuesto me molesta a tal grado que casi no cruzo palabras con ella.

Me visto y salimos de la casa justo a tiempo, hemos ido caminando a la compañía de luz para que haga el pago correspondiente, mientras ella trataba de caminar rápidamente yo lo he hecho con lentitud, clavando la mirada en el pavimento, sigo sin poder mirar a mi alrededor, me duele mucho la felicidad ajena Alex.

Después de hacer el pago pasamos a una tienda y compramos café, de nuevo me molesto pues parece que mi mamá imita cada uno de mis pasos, hasta selecciona el mismo café que yo, porque hace eso Alex?... siempre lo ha hecho... que molesto.

Y nos sentamos en la salida del centro comercial, hacía frío, la forma en la que ella se desenvolvía comenzó a irritarme de nuevo, pero esta vez he permanecido en silencio Alex, tratando de no pensar y justo cuando pensé que lo lograría vi bajar a una pareja de ancianos por las escaleras del puente peatonal, la forma en la que el señor ayudaba a su esposa, sus manos entrelazadas, esa mirada de complicidad de ambos, su cabello blanco pero sobre todo su amor fue tan dolorosamente notable, sin pensarlo comencé a llorar pero antes de que mamá se diera cuenta me fui de ahí con la escusa de ir al baño, otro lugar que no tenia intenciones de visitar pues al salir desesperádamente te busque por todas partes. Pero no te encontré Alex.

Seguramente ha sido un momento extraño para el vigilante que estaba ahí pues casi me pregunta si me pasaba algo, respire profundamente y me fui de ahí lo más rápido posible.

Todavía faltaban unas horas para volver a casa, así que fuimos a comprar algunos pastes cerca de la casa, mamá pago la cuenta, yo solo pedí algunos de ellos pero al salir una señora me pidió limosna y termine comprándole uno a ella, afortunadamente se salio comiéndolo.

Mientras caminábamos pasamos por el lugar donde me llevaste a comprar alcohol para tu mamá, apenas se lo mencione mi mamá entro al lugar y compro un litro, mientras veía los estantes me remonte a la época en la cual eras tu quien pedía el alcohol, por un segundo pensé que al girar la cabeza te encontraría recargado en el mostrador en espera de la botella, pero no fue así, no estabas ahí Alex.

Volvimos a casa, justo a tiempo para poder escabullirme y entrar, mamá paso a dejarle algunos pastes a tu mamá y Cecilia, por un momento me quede sola en la casa, y me gusto de nuevo esa sensación, prefiero estar sola en la casa, sola con mi dolor.

La tarde ha transcurrido lentamente, comienzo a aburrirme y retomo el hábito de la lectura, un libro más...

Alex... mi Alex... ven por mi... no tardes... TE AMO.

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