30 de marzo de 2012

La manzanilla

No he podido conciliar el sueño Alex, eran casi las 7 de la mañana cuando pude hacerlo. Entre sueños escuche el ring del teléfono, era mi mamá avisándome que ya estaba cerca de la casa, me levante rápidamente y vestí, mire a través de la ventana para asegurarme que tu mamá no estaba. Y espere...

A los pocos minutos ya estaba mi mamá en la casa Alex, el trabajador de tu mamá le entrego un rosal para que yo lo cuidara, pues al parecer tu mamá no deja que retoñe adecuadamente, quien sabe. La ayude a subir la bolsa, metí los recipientes de la comida al refrigerador y acomode la maceta afuera.

Me sentía tan cansada que sin pensarlo me metí entre las cobijas de nuevo. Y me quede dormida.

Poco después de las cuatro de la tarde mi mamá me llamo para comer, se que fue un gesto de preocupación pero de cierta manera me molesto. Respire profundamente para no estresarme y me levante de la cama. Ha traído pescado de con la Mary.

Comí un poco y al poco tiempo nos pusimos en camino para ir por las flores al mercado. De camino nos han contado el relajo que se armo en días pasados en la calle Alex, supuestamente hasta patrullas vinieron, por supuesto mencionan a gente que no ubico, pero la forma en la que le respondo pareciera que se exactamente quienes son, eso me lo ha dicho mi mamá en varias ocasiones pues constantemente me pregunta quienes son.

Y al llegar al mercado encontramos mucha gente, sobre todo palmeros Alex, fuimos a buscar las flores y de regreso tu mamá ha comprado bastante manzanilla, fueron 10 gruesas de manzanilla y le regalaron una de romero, todo eso porque en 2 días es domingo de ramos, insistió tanto en comprarla que al final se salio con la suya. Tenía pendiente de que algún sacerdote le pidiera manzanilla y ella no tuviera tiempo para ir por ella porque me ha pedido que mañana vayamos al panteón. Y accedí.

Llevamos 6 gruesas de manzanilla a la iglesia de la Quiroga, por supuesto nos ha costado trabajo que el sacerdote abriera la puesta, y cuando lo hizo me extendió la mano, fue un poco incomodo pues el esperaba que le besara la mano y mi respuesta automática ha sido saludarlo. Por un segundo quise soltar una carcajada, pero me contuve por respeto a tu mamá. Cuando regresábamos pasamos a la iglesia de la colonia a dejar los 4 manojos restantes, afortunadamente estaba abierto.

Las dejé en su casa y volvimos Alex.

A esta hora... sigo sintiéndome tan triste y sola. Hay Alex, tantas cosas... tantos cambios... Tanto dolor.

Alex... por favor no tardes mucho en venir por mi... te lo suplico... por favor... ven por mi... te espero... TE AMO.

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